¿Puede presentarse?
Mi nombre es Hervé Kaputa, soy salesiano de Don Bosco desde 2009 y sacerdote desde 2018, en la República Democrática del Congo, Provincia Salesiana de África Central (AFC). Actualmente soy misionero en la Inspectoría Salesiana de las Antillas (ANT), concretamente en Cuba.
¿Qué te inspiró para tomar la decisión de ser misionero?
Como estudiante en una escuela salesiana de Lubumbashi, tanto de primaria como de secundaria, tuve la oportunidad de conocer a muchos misioneros salesianos y congoleños que nos enseñaron mucho y nos dieron su tiempo y sus conocimientos. Muchos de ellos murieron en nuestra tierra. Años después me dije: ¿por qué no hacer como ellos, por estos jóvenes que me necesitan como salesiano? Y durante mi formación inicial empecé a discernir para saber qué quería Dios de mí.
¿Estás contento con el lugar al que vas? ¿Tienes algún temor o preocupación sobre tu destino, la cultura y la gente?
Ya llevo 1 año y 5 meses en mi tierra de misión, que es la Inspectoría Salesiana de las Antillas. Es cierto que cuando me enteré de mi destino tuve una doble sensación, de alegría pero también de miedo, sobre todo a lo desconocido. Sin embargo, una vez que llegué, me encontré casi lo contrario de lo que esperaba. Estoy viviendo una experiencia maravillosa, con otros salesianos maravillosos y con un pueblo cálido y acogedor. Estoy experimentando la universalidad de la Iglesia, pero sobre todo de la Congregación. Don Bosco es un gran santo.
¿Cómo reaccionaron tus familiares, amigos y cohermanos cuando les hablaste de la vida misionera?
Hubo cierta tristeza, al saber que estaría lejos físicamente. Pero como son conscientes de que se trata de una causa noble, la sonrisa volvió pronto, acompañada de la esperanza de volver a vernos.
¿Cuáles son sus planes y sueños en la vida misionera?
Como proyecto misionero, digo -y es mi oración de cada día- que el Señor me lleve siempre donde la gente necesite un poco de sonrisa, un poco de esperanza en la vida y, sobre todo, donde haya sed de Su Palabra y de los Sacramentos. En Cuba experimenté esto y siempre digo "gracias, Señor".
¿Tienes en mente algún modelo de gran misionero cuyo estilo de vida te gustaría seguir?
Jesús es el modelo por excelencia, porque pasó por todas las pruebas de la vida, mostrándonos que para Dios nada es imposible. Pero me ha edificado la vida del Coadjutor Salesiano Honorato Alonso, que aún vive; de Piet Homel; de Baba Louis Van Dick y del Sr. Luc Conpernoel, que seguramente rezan por nuestra Inspectoría, en el Cielo, donde están con Don Bosco.
¿Cuál es su mensaje a los jóvenes sobre la elección y la vocación misionera?
Como consejo a los jóvenes les digo: no dudéis nunca cuando el Señor os llame, Don Bosco nos quiere en todas partes del mundo, echemos las redes al mar y confiemos siempre en Dios.