RMG - Los misioneros de la 154ª Expedición Misionera Salesiana: P. Andre Delimarta, de Indonesia (INA) a Malasia (FIN)

(ANS - Roma) - La bondad amorosa de Don Bosco ha sido siempre uno de los elementos que más nos conmueven, y aún hoy esta característica sigue suscitando vocaciones: no sólo sacerdotales o a la vida consagrada, sino también misioneras. Este fue el caso de Don Andre Delimarta, uno de los misioneros de la 154ª Expedición Misionera Salesiana.

¿Puede presentarse?

Me llamo Andre Delimarta, soy de Indonesia (INA) y estoy destinado a trabajar como misionero en Malasia.

¿Qué le inspiró a tomar la decisión de ser misionero?

Crecí con los Salesianos. Desde mi formación inicial, la bondad, el trabajo, el compromiso y el espíritu de sacrificio de los misioneros salesianos tuvieron un gran impacto en mí. Fueron ellos quienes me enseñaron a conocer a Don Bosco, me introdujeron en la Congregación y me hicieron enamorarme de ellos. Esto se convirtió en la razón de mi vocación misionera: el amor a Don Bosco y a la Congregación. Si la Congregación necesita misioneros, entonces quiero decir: "¡Aquí estoy, voy!". 

¿Estás contento con el lugar al que vas? ¿Tiene algún temor o preocupación sobre el destino, la cultura y la gente?

Me han destinado a la arquidiócesis de Kuching, Sarawak (Malasia), que forma parte de la Provincia de Filipinas Septentrional (FIN). Malasia está cerca de Indonesia, tenemos una cultura y una lengua muy parecidas. Por eso estoy seguro de que podré adaptarme a la vida y la cultura de la gente del lugar.

¿Cómo reaccionaron tus familiares, amigos y hermanos cuando les hablaste de la vida misionera?

Cuando decidí responder a la llamada o invitación a ser misionero, muchos amigos, incluidos mis hermanos, se sorprendieron. Los que rara vez me enviaban mensajes, de repente empezaron a mandarme mensajes con muchas preguntas. Tuve que responderles uno por uno. Mi única preocupación era mi madre, debido a su avanzada edad, y dudaba un poco de estar lejos de ella. Pero, como siempre, no puso objeciones cuando le dije que iba a trabajar en Malasia. Ella me confió voluntariamente a la congregación hace mucho tiempo. Una cosa importante que siempre me dice es que debo cuidar mi salud. Y mientras yo sea feliz, ella será feliz.

¿Cuáles son tus planes y sueños sobre la vida misionera?

Los planes y sueños de mi vida misionera son muy sencillos. Me he inspirado en los misioneros que he conocido y deseo que mi vida misionera pueda ser también como la de ellos, viviendo mi vida misionera hasta la muerte como un hijo fiel, amoroso y obediente de Don Bosco.

¿Tienes en mente algún modelo misionero cuyo estilo de vida te gustaría seguir?

Siempre que reflexiono sobre mi vida misionera, me vienen a la mente estas figuras: Don Alfonso Nacher, Don José Carbonell, el Diácono Baltasar Pires y Don José Kusy, que murieron como hijos fieles, amorosos y obedientes de Don Bosco.

¿Cuál es tu mensaje a los jóvenes sobre la elección y la vocación misioneras?

La Congregación está siempre necesitada de misioneros para trabajar en muchas partes del mundo, llevando esperanza y salvación especialmente a los jóvenes. Vivir la vida salesiana como misionero puede ser una experiencia maravillosa y única en la vida. No hay que tener miedo a ser misionero, siempre que haya amor a Dios y a Don Bosco: estos dos elementos permitirán vivir la vida misionera feliz y fructuosamente. ¡Sed misioneros! Mirad al otro lado del mundo y experimentad a Dios: Él obrará milagros a través de vosotros.

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