En la década de 1850, Don Bosco sufrió frecuentes ataques y fue en esos años cuando comenzó a aparecer este perro, siempre protegiendo al Santo de la Juventud.
Don Bosco escribió que vio a El Gris por última vez en 1866 y luego desapareció misteriosamente.
A Don Bosco le preguntaron varias veces su opinión sobre la naturaleza de ese animal y una vez respondió: "Decir que es un ángel nos haría sonreír, pero tampoco podemos decir que era un perro común".
Algunas monjas también dijeron que fueron protegidas por El Gris. En particular apareció:
- en 1893, mientras dos hermanas salesianas regresaban de Asís a Cannara;
- en 1930 en Barranquilla, Colombia, mientras las Hijas de María Auxiliadora construían su escuela;
- entre 1898 y 1900 en Francia, en Navarra, mientras algunas monjas se dirigían a buscar castañas.