¿Puedes presentarte?
Soy Emmanuel De Marie Musa Mbwisha, salesiano congoleño, nacido en Kalemie en la provincia de Tanganyika, al sudeste de la República Democrática del Congo, perteneciente a la Inspectoría de África Central (AFC) y presente en Argentina Norte (ARN) desde enero de 2022.
¿Qué te llevó a elegir ser misionero?
Al igual que los primeros misioneros salesianos, que llevaron el carisma al Congo, a mí también me gustaría ir a otros lugares para continuar la historia de San Juan Bosco.
¿Tienes algún temor o preocupación sobre el nuevo lugar, la cultura y la gente?
Aparte de la cultura, el clima, etc., lo más importante para mí es la gente, porque es allí donde te envían. Estoy muy feliz de haber encontrado en Argentina, especialmente en Formosa, mi primera tierra de misión, personas (hermanos, jóvenes y colaboradores laicos) que me recibieron con los brazos abiertos y me ofrecieron un lugar importante no solo en su tierra, sino también en sus corazones.
¿Cómo reaccionaron tus familiares, amigos y hermanos cuando les hablaste de tu vocación misionera?
Ante las diferentes reacciones de familiares, amigos y chermanos, recibí mucho ánimo y promesas de oración por mi vocación.
¿Cuáles son tus planes y sueños para la vida misionera?
El único plan para mi vida misionera es ser parte real del nuevo mundo y ser útil a aquellos a quienes somos enviados.
¿Tienes en mente algún modelo de grandes misioneros cuyo estilo de vida quiera seguir?
Los Misioneros de África que evangelizaron mi diócesis (Kalemie-Kirungu) y especialmente los que trabajaron en mi parroquia tuvieron un gran impacto en mi infancia. Ver a estos misioneros, en su mayoría belgas y franceses, hablar y oficiar las celebraciones litúrgicas en la lengua local, el swahili, además de su dedicación y celo apostólico, fue sin duda un ejemplo de vida misionera asidua. También estoy enamorado de este famoso misionero que lo abandonó todo para hacerse ermitaño e irse a vivir al desierto del Sahara con los tuaregs; para mí, san Carlos de Foucauld es un modelo que supo abandonarse a la voluntad de Dios, como él mismo dijo: "Padre mío, me abandono a ti, haz de mí lo que quieras".
¿Cuál es tu mensaje a los jóvenes sobre la elección de una vocación misionera?
Mi mensaje a los jóvenes es que seáis misioneros de la paz allí donde estéis, empezando por casa. Ante la discriminación racial, social y religiosa y los conflictos interétnicos e intercomunitarios que imperan en la sociedad, sed vosotros los que aportéis el nuevo impulso que todos necesitamos para hacer de nuestra sociedad una humanidad no deshumanizada. No tengas miedo de tender la mano a los demás y mostrarles que, a pesar de nuestra diversidad, ¡no somos tan diferentes!