¿Puedes presentarte?
Soy Sarath Kumar, nacido en Vandavasi, en el estado indio de Tamil Nadu. Tengo veintitrés años y en mi familia somos cinco: mis padres y tres hermanos. Fui a Sri Lanka a hacer el noviciado e hice allí mi primera profesión el 29 de agosto de 2020. Después de terminar mis estudios de posnoviciado y hacer un año de aprendizaje en Sri Lanka, con vistas a entrar en la Visitaduría como misionero, respondí a la llamada del Rector Mayor para esta 154ª Expedición Misionera.
¿Qué te impulsó a tomar esta decisión de hacerte misionero?
Un día, de niño, escuché en la iglesia el pasaje del Evangelio que decía: "Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura" (Mc. 16,15). Este versículo cautivó mi corazón. Además, un sacerdote de mi parroquia solía contarme algunas experiencias misioneras de sus amigos que trabajaban en África. Esto me inspiró a ser misionero y por eso decidí asistir al aspirantado misionero. Allí, la interacción con los misioneros aumentó mi pasión y mi estancia en Sri Lanka durante el noviciado y el posnoviciado me inspiró para quedarme allí y servir a la gente de esa pequeña isla, la perla del océano Índico, que se ha convertido en como mi hogar.
¿Estás contento con tu destino? ¿Tienes temores o preocupaciones sobre el nuevo lugar, la cultura y la gente?
Estoy muy contento de ser misionero en Sri Lanka, que es como otra casa para mí. Me siento en armonía con la gente de allí, como si fueran mis parientes, y estoy deseando volver a esta "casa" mía. Estoy muy agradecido al Consejero General para las Misiones por haberme guiado a tomar esta decisión de ser misionero en Sri Lanka.
¿Cómo reaccionaron tu familia, tus amigos y tus hermanos cuando les hablaste de tu vocación misionera?
Al principio mi familia lo temía. Mi madre no quería enviarme a Sri Lanka, pero acabó cediendo a mi obstinación. Me dijo: 'Hijo, es tu vida y tú lo has decidido. Será difícil para nosotros cambiar tu decisión, pero tenemos mucha fe en ti, seguro que lo harás bien, y Dios y la Virgen te guiarán". Estas palabras me dieron mucha fuerza, porque considero a María mi modelo a seguir. Es una mujer fuerte y todos mis éxitos se los atribuyo a ella.
Mis compañeros indios se sintieron extraños cuando les dije que quería ir a estudiar a Sri Lanka, debido a la crisis económica que atravesaba entonces ese país. Pero el Director del posnoviciado y mis superiores me apoyaron mucho.
¿Cuáles son tus planes y sueños para tu vida misionera?
Mi sueño es ayudar a los jóvenes a construir sus vidas. En la situación actual, los jóvenes están confusos y no tienen medios para avanzar por un camino seguro, a causa del caos provocado por la crisis económica en Sri Lanka. También hay una ligera disminución de las vocaciones, y quiero hacer todo lo posible para que se conviertan en ciudadanos íntegros y temerosos de Dios. Siento que esta situación es similar a la que tuvo que afrontar Don Bosco cuando era un joven sacerdote, y mi deseo personal es difundir alegría, esperanza y felicidad en sus corazones.
¿Tienes en mente algún modelo de gran misionero cuyo estilo y vida quieras seguir?
El gran modelo de mi vida misionera es la Virgen, que fue a anunciar la alegría de Cristo a Isabel, que dio la buena noticia de Cristo al mundo, que llevó a la gente a Cristo en momentos de perplejidad en las bodas de Caná, que permaneció como discípula valiente al pie de la cruz, que reunió a los primeros hijos de la Iglesia, los apóstoles y discípulos. También quiero mucho al cardenal Cagliero, al que siempre he admirado como aspirante, porque aunque tenía un carácter problemático, se convirtió en un gran líder y misionero por su amor a Don Bosco.
¿Cuál es tu mensaje a los jóvenes sobre la elección y la vocación misionera?
Dios nos llama a cada uno a su manera. Nunca nos obliga, pero nos llama. Es un Dios de alegría, de felicidad, de coraje y de fuerza. Quiere que vivamos plenamente en el mundo pero unidos a Él, su santidad pasa por la libertad y la alegría, no por el miedo y la evasión del mundo. Él quiere que vivamos plenamente en este mundo y que vivamos plenamente nuestras vidas, Él nos dará a conocer su voluntad cuando sea el momento adecuado para nosotros: todo lo que tenemos que hacer es estar preparados en ese momento para escuchar.