¿Elegiste el destino o te lo asignaron? ¿Estás feliz con eso?
He depositado toda mi confianza en nuestros Superiores, en su discernimiento sobre el lugar adonde iré. Después de unas semanas de espera, supe que estaba destinado a la Patagonia argentina. Lo que sí sé es que Dios me está pidiendo que le dé un poco más de mi vida. El resto lo dejo a su gracia.
¿Cómo tomaron las personas cercanas a tu decisión de ser misionero?
Mis hermanos sabían que promuevo la vocación misionera, ya que soy el Delegado de Animación Misionera de FIN, pero creo que se quedaron un poco sorprendidos de mi candidatura. Muchos miembros de mi familia quedaron impresionados, especialmente cuando les expliqué que es un compromiso de por vida. Aunque en general estaban contentos y rezan por mi vocación misionera.
¿Tienes dudas o temores sobre la nueva cultura, la nueva realidad…?
Mi única preocupación, también la escribí en la carta al Rector Mayor, es el idioma. También escribí que sé que él nos guiará a mí y a mis compañeros a un lugar seguro y que quiero crecer en mi seguimiento del Señor.
¿Qué proyectos o sueños tienes para tu misión?
Estoy abierto a lo que hará la Providencia. Lo daré todo, por difícil que sea. Será un pequeño precio por las innumerables gracias que he recibido a lo largo de mi vida.
¿Tienes modelos misioneros que quieres seguir o imitar?
Agradezco a todos los misioneros salesianos que trabajaron y murieron en nuestra Inspectoría. Conocí a algunos de ellos durante mi formación. Pienso, por ejemplo, en don Maurilio Candusso, quien aunque nunca aprendió bien el idioma, fue muy querido por nosotros los oratorianos, porque percibimos su gran amor y genuina preocupación por nosotros. Que yo pueda ser como todos estos excelentes modelos, que lo han dado todo hasta el final, al punto que sus cuerpos yacen en la tierra de su amado país de misión.
La vida misionera es ante todo evangelización y celo pastoral de las almas. ¿Qué piensas al respecto?
Mis experiencias pasadas en las diferentes casas a las que me han asignado me ayudarán mucho, pero también me estoy preparando para lo que está por venir. Trabajaré en la inculturación y en volverme uno con la gente. Creo que lo que más importa es esencialmente una presencia discreta pero auténtica. Y, por supuesto, también creceré en la vida espiritual.
¿Quieres enviar un mensaje a tus hermanos o a los jóvenes?
Les digo a mis hermanos: dado que somos una "congregación misionera" según Don Bosco y nuestras Constituciones, ser invitados por el Señor no debe sernos ajeno. Mientras que mi mensaje a los jóvenes es que no tengan miedo de entregarse al servicio de los demás. En cualquier pequeño acto de donación podrán ver y sentir la mano de Dios que les guía por el camino.