Aquí también debía llegar el joven Juan Bosco, quien en 1834 había solicitado ser admitido en la orden franciscana.
Sin embargo, Juan Bosco cambió de idea antes de entrar en el convento, siguiendo el consejo de Don Cafasso. Decidió entonces vestir el hábito clerical, ingresando en el seminario.
Don Cafasso le aconsejó completar el año de retórica y luego presentarse al examen para entrar en el seminario de Chieri. Juan Bosco aprobó el examen, que se realizó en Turín, el 25 de octubre, tomó las vestiduras clericales y el 30 de octubre de 1835 se presentó en el seminario.