Como informó Avvenire en este artículo, la FAO ha estimado que en 2030 casi seiscientos millones de personas seguirán sufriendo hambre.
Además, el deterioro de los sistemas alimentarios y de los medios de subsistencia locales, que dependen de un clima seguro y estable, causa el desplazamiento de la población.
Para ayudar, entre otros, a las personas que sufren hambre, la Iglesia Católica gestiona – como informa Fides en el informe anual sobre las estadísticas de la Iglesia Católica – 14.205 dispensarios, 15.276 hogares para ancianos, enfermos crónicos y personas con discapacidad, 9703 orfanatos, 10.577 jardines de infancia, 3.287 centros de educación o reeducación social y 35.529 instituciones sociales de otro tipo.