El interés y la originalidad de lo dicho ofrecen el punto de partida para continuas reflexiones, especialmente para aquellos directamente involucrados en actividades pastorales. De aquí surge la idea de proponer una especie de vademécum, con diez indicaciones extraídas del vasto conjunto de reflexiones, sugerencias y propuestas ofrecidas por los expertos en el congreso:
1) La sexualidad humana es un gran misterio al que hay que acercarse con humildad y con la conciencia de que siempre existirá un ámbito que no lograremos comprender plenamente.
2) Los cambios en la cultura afectiva en Occidente han determinado, entre otros efectos, una gran ambivalencia. El justo reconocimiento de la libertad individual en el establecimiento de nuevos vínculos y el reconocimiento del papel de la mujer se contraponen a realidades como la disminución del deseo, la precocidad, a menudo de alto riesgo, de las experiencias, la invasión de las nuevas tecnologías que han generado confusión y ambigüedad.
3) La sexualidad no es un ámbito cerrado, sin contactos y sin contaminaciones, sino que está profundamente entrelazada con la sociedad y la cultura.
4) La relación hombre-mujer debe actualizarse para resaltar el valor de la diferencia en una situación social cambiada. Es necesario dejar de lado los estereotipos para resaltar la singularidad y la especificidad de cada relación.
5) Hoy es imposible hablar de sexualidad sin considerar toda la cuestión de género.
6) El cuerpo tiene un papel simbólico-relacional que nunca es un hecho adquirido de manera permanente, sino un camino que todo ser humano está llamado a recorrer.
7) La educación en la afectividad no puede ignorar dos fenómenos relacionados: la disminución del número de matrimonios y la ya consolidada "normalidad", aunque problemática, de las convivencias.
8) En los procesos de crecimiento, la definición de la identidad de género es siempre un proceso dinámico.
9) Los nuevos desafíos de la tecnología. Hoy la tecnología hace accesibles en un clic contenidos y experiencias que a menudo los jóvenes no son capaces de entender y manejar.
10) Renovar los caminos educativos como narración de lo existente, en una perspectiva capaz de valorizar las experiencias de cada persona.
Luciano Moia
Fuente: Avvenire