Por la mañana, la Dra. Lodovica María Zanet, colaboradora de la Postulación General de las Causas de los Santos de la Familia Salesiana, presentó el itinerario con el que la Iglesia recorre el proceso de beatificación en sus diversas fases y dinámicas.
La Postuladora subrayó cómo la historia de Vera Grita "nos llama a entrar en profunda sintonía con el testimonio de una pequeñez visitada y habitada, amada y preciosa, sin dejarnos engañar por la discreción con la que Vera supo esconder mucho de sí misma.
Esto, porque aprendió a ser santa más delante de la mirada de Dios, que delante de la mirada de los hombres. La suya fue una respuesta extraordinaria (hermosa, rica, convencida) en las condiciones ordinarias de la vida”.
Maria Rita Scrimieri, Coordinadora del Centro de Estudios la Obra de los Tabernáculos Vivientes, comparó algunos pasajes vividos por San Francisco de Sales en su experiencia mística y los de Vera Grita: personas tocadas por la gracia y llamadas a una misión especial en la Iglesia.
Al mediodía el obispo Calogero Marino, obispo de Savona-Noli, presidió la Santa Misa del Domingo de Ramos.
Por la tarde tuvo lugar la sesión de apertura de la encuesta diocesana, presidida por Mons. Marino. Los miembros del Tribunal que prestaron juramento son: Mons. Vittorio Lupi, Delegado Episcopal; el padre Abraham Kavalakatt, Promotor de Justicia; Dra. Bárbara Rosa Clot, Notaria; y claramente el Postulador, padre Pierluigi Cameroni SDB.
En su discurso, Mons. Marino dijo: “Hoy es el día de la pasión de Jesús, es el comienzo de la gran Semana. Y Vera Grita sintió la pasión en su carne y en su vida. Esta dimensión pascual de la vida personal de Vera Grita se convierte también en un signo para nuestra Iglesia. Además fue educadora, maestra y solo Dios sabe cuánta necesidad tenemos hoy de educadores capaces de acompañar a los pequeños y a los jóvenes hasta la madurez, también en el encuentro con el Señor... La Eucaristía fue el fuego, el auge, el corazón de la experiencia de Vera. En efecto, la Iglesia de Savona que celebra el Sínodo redescubre la fraternidad eucarística como corazón palpitante de la vida cristiana... Hay un libro titulado 'Alguien a quien mirar'. Ciertamente alguien a quien mirar es a Jesús; pero alguien a quien mirar también son los santos. Espero que muchos puedan mirar a Vera como un signo concreto, visible, practicable del discipulado evangélico de hoy”.
Luego intervino Antonio Boccia, Coordinador mundial de los Salesianos Cooperadores, expresando la alegría y la emoción por esta nueva Causa de un Salesiano Cooperador que se incorporó a la Asociación el 24 de octubre de 1967. “El corazón y la vida de Vera era la Eucaristía que vivía a diario. La Eucaristía lo era todo para ella. Así como Jesús había dado su vida por amor, ella también dio su vida por los que encontraba en su trabajo con una sonrisa, delicadeza y bondad, tanto que suscitaba asombro y admiración en sus compañeros de la escuela. Prestó especial atención a los alumnos menos dotados o que sufrían por sus situaciones familiares... El Espíritu Santo siguió haciendo respirar el carisma salesiano en su vida”.
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