RMG – Don Bosco soñador: el quinto y último sueño misionero
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26 Enero 2024
Ilustración de Severino Baraldi, de "Don Bosco ti ha sognato" (Elledici, Bolonia, 2013).

(ANS – Roma) – Se cierra hoy la fase dedicada a los sueños misioneros en el marco del recorrido por los Sueños de Don Bosco, en anticipación a su celebración y en el año del Bicentenario del Sueño de los Nueve Años. Hoy recordamos el último sueño misionero (Memorias Biográficas XVIII, 71-74), que Don Bosco tuvo en España, en Barcelona, en la noche del 9 al 10 de abril de 1886, y cuando lo contó por primera vez, entre otros, a Don Rúa, su voz estaba quebrada por sollozos. Casi completando la visión del sueño misionero anterior, vio aún numerosas tierras en ese momento inexploradas para sus salesianos, muchos jóvenes necesitados de su ayuda y la Pastorcilla que aparecía a menudo en sus sueños recordándole su primera visión en 1824.

Entonces descendió de aquel montículo y, después de caminar un rato, llegó a otro desde cuya altura descubrió una selva, pero cultivada  atravesada por caminos y senderos. Desde allí dirigió su mirada alrededor, proyectándola hasta el horizonte, pero, antes que la retina, quedó  impresionado su oído por el alboroto que hacía una turba incontable de niños.

A pesar de cuanto hacía por descubrir de dónde procedía aquel ruido, no veía nada; después, a aquel rumor sucedió un griterío como el q  estalla al producirse una catástrofe. Finalmente vio una inmensa cantidad de jovencitos, los cuales, corriendo a su alrededor, le decían:

-íTe hemos esperado, te hemos esperado mucho tiempo, pero finalmente estás aquí; ahora estás entre nosotros y no te dejaremos escapar!

Don Bosco no comprendía nada y pensaba qué querrían de él aquellos niños; pero mientras permanecía como atónito en medio de ellos, v  un inmenso rebaño de corderos conducidos por una pastorcilla, la cual, una vez que hubo separado los jóvenes y las ovejas y colocado a los  unos en una parte y a las ovejas en otra, se detuvo junto a él y le dijo: 

-»Ves todo lo que tienes delante?

-Sí que lo veo, replicó el siervo de Dios.

-Pues bien, »te acuerdas del sueño que tuviste a la edad de diez años? -íOh, es muy difícil recordarlo! Tengo la mente cansada, no lo recuerdo bien ahora. -Bien, bien; reflexiona y lo recordarás. Después, haciendo que los muchachos se acercasen a Don Bosco, le dijo: -Mira ahora hacia esa parte, dirige allá tu mirada; haced vosotros lo mismo y leed lo que veáis escrito... Y bien, »qué veis? -Veo, contestó el siervo de Dios, montañas, colinas, y más allá más montañas y mares. Un niño dijo: -Yo leo: Valparaíso. -Yo, Santiago, dijo otro. -Yo, añadió un tercero, leo las dos cosas. -Pues bien, continuó la pastorcilla, parte ahora desde aquel punto y sabrás la norma que han de seguir los Salesianos en el porvenir.

Vuélvete ahora hacia esta parte, tira una línea visual y mira.   -Veo montañas, colinas, mares...  Y los jóvenes afinaban la vista exclamando a coro:  -Leemos Pekín.  Don Bosco vio entonces una gran ciudad. Estaba atravesada por un río muy ancho sobre el cual había construidos algunos puentes muy  grandes.  -Bien, dijo la doncella que parecía su Maestra, ahora tira una línea desde una extremidad a la otra, desde Pekín a Santiago, haz centro en  corazón de Africa y tendrás una idea exacta de cuanto deben hacer los Salesianos.  -Pero »cómo hacer todo esto?, exclamó don Bosco. Las distancias son inmensas, los lugares difíciles y los Salesianos pocos.  -No te preocupes. »No ves allá cincuenta misioneros preparados? »Y más allá no ves más y muchos más aún? Traza una línea desde  Santiago al Africa Central. »Qué ves?  -Diez centros de misión. 

-Bien; estos centros que ves serán casas de estudio y de noviciado que se dedicarán a la formación de los misioneros que han de trabajar en  estas regiones. Y ahora vuélvete hacia esta parte. Aquí verás otros diez centros desde el corazón de África a Pekín. También estas casas  proporcionarán misioneros a todas estas otras regiones. Allá está Hong-Kong, allí Calcuta, más allá Madagascar. En todas estas ciudades y  otras más habrá numerosas casas, colegios y noviciados.

Don Bosco escuchaba mientras observaba detenidamente todo aquello, después dijo:  -»Y dónde encontrar tanta gente y cómo enviar misioneros a esos lugares? En esos países existen salvajes que se alimentan de carne  humana; hay herejes y perseguidores de la Iglesia: »cómo hacer?  -Mira, replicó la pastorcilla, es menester que emplees toda tu buena voluntad. Sólo tienes que hacer una cosa: recomendar que mis  hijos cultiven constantemente la virtud de María.  -Bien, sí; me parece haber entendido. Repetiré a todos tus palabras.

-Y guárdate del error actual, o sea el de mezclar a los que estudian las artes humanas con los que se dedican al estudio de las artes divinas  pues la ciencia del cielo no quiere estar unida a las cosas de la tierra. 

Don Bosco quería continuar hablando, pero la visión desapareció; el sueño había terminado.

InfoANS

ANS - “Agencia iNfo Salesiana” - es un periódico plurisemanal telemático, órgano de comunicación de la Congregación Salesiana, inscrito en el Registro de la Prensa del Tribunal de Roma, Nº. 153/2007.

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