RMG – Don Bosco soñador: el cuarto sueño misionero
Featured

26 Enero 2024
Ilustración de Severino Baraldi, de "Don Bosco ti ha sognato" (Elledici, Bolonia, 2013).

(ANS – Roma) – Al final de su vida, Don Bosco continuó teniendo visiones y sueños relacionados con el desarrollo de su Obra. Así, en 1885, las crónicas registran su cuarto sueño misionero, en el cual vislumbró el futuro de la presencia salesiana en África, Australia y Oceanía, y en China (Memorias Biográficas, XVII, 643-645). Lo presentamos de nuevo para redescubrirlo juntos en este viaje entre los Sueños de Don Bosco, en anticipación a su celebración y en el año del Bicentenario del Sueño de los Nueve Años.

Don Bosco narró y comentó este sueño a los miembros del Consejo General la noche del 2 de julio de 1885.

Me pareció, dijo el Siervo de Dios, estar delante de una montaña elevadísima, sobre cuya cumbre estaba un Angel resplandeciente de luz  que iluminaba las regiones más apartadas. Alrededor de la montaña había un extenso reino de gente desconocida.

El Ángel tenía una espada en su diestra que mantenía levantada, espada que brillaba como una llama vivísima y con la izquierda  señalaba las regiones circundantes. Entonces me dijo:

-Angelus Arfaxad vocat vos ad proelianda bella Domini et ad congregandos populos in horrea Domini. (El Angel de Arfaxad os llama a  combatir las batallas del Señor y a reunir a los pueblos en los graneros del Señor).

Su palabra no tenía como otras veces forma de mandato, sino que parecía una propuesta.

Una turba maravillosa de ángeles, de los cuales no supe ni pude retener el nombre, lo rodeaba. Entre ellos estaba Luis Colle, al cual hacía  corona una multitud de jovencitos, a los que enseñaba a cantar alabanzas a Dios y él mismo también las cantaba.

Alrededor de la montaña, a los pies de la misma y en sus laderas, habitaba multitud de gentes. Todos hablaban entre sí, pero su lenguaje  era desconocido, ininteligible. Yo sólo comprendía lo que decía el Angel. Me sería imposible describir lo que vi. Veía al mismo tiempo  objetos separados, simultáneos, los cuales transfiguraban el espectáculo que se ofrecía a mi vista. Por tanto, aquello unas veces me parecía  la llanura de la Mesopotamia, otras un monte altísimo, y aquella misma montaña sobre la cual estaba el Angel de Arfaxad, a cada momento  tomaba mil aspectos diferentes, hasta convertirse en una serie de sombras vaporosas, pues tales parecían los habitantes que la poblaban.

Delante de este monte y durante todo este viaje me parecía estar elevado a una altura grandísima, como si me encontrase sobre las nubes  circundado de un espacio inmenso. »Quién podrá expresar con palabras aquella altura, aquella anchura, aquella  luz, aquella claridad, en suma, un espectáculo semejante? Se puede gozar de él, pero no se puede describir. 

En éste y en otros recorridos había muchos que me acompañaban y que me animaban y animaban también a los Salesianos para que no se  detuviesen en su camino. Entre los que me llevaban de la mano y me obligaban, por así decirlo, a seguir adelante, estaba el querido Luis  Colle y muchos escuadrones de ángeles, los cuales hacían eco a los cánticos de los jovencitos que estaban alrededor de él.

Me pareció, pues, estar en el centro del Africa en un extensísimo desierto viendo escrito en el suelo con grandes caracteres: «Negros». En  medio estaba el Angel de Cam, el cual decía:

-Cessabit maledictum y la bendición del Creador descenderá sobre sus hijos réprobos y la miel y el bálsamo curarán las mordeduras  causadas por las serpientes; después serán cubiertas las torpezas de los hijos de Cam.

Todos aquellos pueblos estaban desnudos.

Finalmente me pareció estar en Australia.

 Aquí había también un ángel, pero no tenía nombre alguno. El guiaba, caminaba y hacía caminar a la gente hacia el mediodía. Australia  no era un continente sino un conjunto de numerosas islas cuyos habitantes diferían en carácter y formas externas. Una multitud de niños,  que vivían allí, intentaban venir hacia nosotros, pero se lo impedían la distancia y las aguas que nos separaban.

 Tendían las manos hacia don Bosco y hacia los Salesianos, diciendo:

 -íVenid en nuestro auxilio! »Por qué no continuáis la obra que vuestros padres han comenzado?

 Muchos se detuvieron; otros, haciendo mil esfuerzos, pasaron en medio de los animales feroces y vinieron a mezclarse con los  Salesianos, a los cuales yo no conocía y comenzaron a cantar:

 -Benedictus qui venit in nomine Domini.

 A cierta distancia se veían grupos de innumerables islas, pero yo no podía distinguir sus características. Me pareció que todo aquel  conjunto indicaba que la Divina Providencia ofrecía una porción del campo evangélico a los Salesianos, mas para un futuro lejano. Sus  fatigas darán su fruto, porque la mano del Señor estará constante con ellos, si saben agradecer sus favores.

 Si pudiera embalsamar y conservar vivos a unos cincuenta Salesianos de los que ahora están entre nosotros, de aquí a quinientos años  verían qué destino tan estupendo nos reserva la Providencia, si somos fieles.

 De aquí a ciento cincuenta o doscientos años, los Salesianos serán dueños de todo el mundo.

 Nosotros seremos bien vistos siempre, aun de los malos, porque nuestro campo especial es de tal naturaleza que se atrae las simpatías de  todos, buenos y malos. Habrá alguna mala cabeza que nos quiera destruir, pero serán intentos aislados que no tendrán el apoyo de los demás.

 Todo estriba en que los Salesianos no se dejen llevar del amor a las comodidades y de la desgana en el trabajo. Manteniendo solamente  nuestras obras ya existentes y evitando el vicio de la gula, la Congregación Salesiana ha asegurado su porvenir.

 La Congregación prosperará, aun materialmente, si procuramos sostener y extender el Boletín y la obra de los Hijos de María  Auxiliadora. íSon tan buenos muchos de estos hijos! Su institución nos dará Hermanos decididos a mantenerse en su vocación.  553

 Estas son las tres cosas que don Bosco vio más claramente y que mejor recordó y narró la primera vez; pero como expuso sucesivamente  a Lemoyne, vio mucho más. Vio todos los países, a los que serían llamados los Salesianos con el tiempo, pero en una visión fugaz,  haciendo un viaje rapidísimo, en el que saliendo de un punto volvía al mismo. Decía que había sido algo así como un relámpago; con todo,  al recorrer aquel inmenso espacio había distinguido en un momento las regiones, las ciudades, los habitantes, los mares, los ríos, las islas,  las costumbres y mil hechos que se entremezclaban y un sinfín de espectáculos simultáneos imposibles de describir. Por eso, de todo aquel  viaje fantástico conservaba un recuerdo poco preciso, no pudiendo hacer de él una ((646)) descripción detallada. Le había parecido que  tenía al lado muchos que le animaban a él y a los Salesianos a no detenerse en el camino. Entre los más decididos a estimular a los demás a  proseguir adelante, estaba el joven Luis Colle del cual escribía al padre el diez de agosto: «Nuestro amigo Luis me ha llevado a dar un  paseo por el centro del Africa, tierra de Cam, decía él, y por las tierras de Arfaxad, esto es, por la China. Si el Señor nos permite una  entrevista, tendremos muchas cosas de que hablar».

Después del sueño, Don Bosco encargó al clérigo Festa realizar investigaciones en diccionarios bíblicos sobre el enigmático Arfaxad, mencionado en el décimo capítulo del Génesis. Luego se creyó haber encontrado la clave del misterio en el primer volumen de la Historia de la Iglesia de Rohrbacher, que afirmaba que los chinos descendían de Arfaxad.

Don Bosco se enfocó especialmente en China y decía: "Si tuviera veinte Salesianos para enviar a China, sin duda recibirían una recepción triunfal, a pesar de la persecución".

A este sueño, Don Bosco mostraba pensar con frecuencia, hablaba de él con gusto y lo consideraba una confirmación de los sueños anteriores sobre las misiones.

InfoANS

ANS - “Agencia iNfo Salesiana” - es un periódico plurisemanal telemático, órgano de comunicación de la Congregación Salesiana, inscrito en el Registro de la Prensa del Tribunal de Roma, Nº. 153/2007.

Este sitio utiliza cookies, para mejorar la experiencia del usuario y por motivos estadísticos. Al entrar en esta página declaro que estoy de acuerdo con el uso de cookies. para saber más o negarse a usar este servicio has clic en el botón "Más informaciones"