Sor Furuki nació el año de 1964 en Fukuoka, Japón, hizo sus primeros votos en 1986 y su profesión perpetua en 1992. Fue enviada a las Filipinas, Santa Rosa. En 2004 fue elegida Consejera General para la Educación, y en el año 2010 fue elegida como Consejero General para la Formación y en octubre de 2015, como Superiora General.
¿Cuál es el carisma de la Congregación?
Nuestro carisma es compartir el amor de Dios con la gente. Podemos conocer a través de la primera generación de misioneros a salesianos a Japón: el P. Vincenzo Cimatti y el P. Antonio Cavoli. Durante la Misa de envío Misionero, el tercer sucesor de Don Bosco, P. Felipe Rinaldi dijo: “Japón es un país desarrollado, pero el pueblo japonés todavía no conoce a Dios. Sus corazones solo pueden ser tocados por el amor de Dios”. Los primeros salesianos se esforzaron por poner este consejo en la primera y muy pobre misión de Miyazaki. Iniciaron una misión de caridad con la ayuda de algunas mujeres jóvenes llamadas “Hermanas de María”, a través de las visitas familiares. Luego se fundó una “Casa de la salvación” para los sin techo, donde los primeros miembros de la “Compañía de la Misericordia” vivían y trabajaban en el servicio de los pobres. Estas son nuestras raíces y a través de la práctica de la misericordia de Dios y de esta forma de vida que muchas jóvenes fueron atraídas para seguir a Jesús en nuestra congregación.
Ahora celebran los 80 años de historia ¿Cómo se imagina el futuro?
Como Superiora General vivo siempre con un corazón abierto, tratando de hacer lo mejor posible. Siempre confío en Dios, no importa lo que suceda en nuestro camino. Durante mi mandato, no quiero centrarme en hacer una nueva obra o gran que pueda atraer la atención del mundo o de la Iglesia. Estaría feliz si alguna hermana pregunta más adelante: ¿Qué hemos logrado durante el mandato de Sor Furuki?". Solo deseo ayudar a cada una de nuestras hermanas a vivir con un corazón abierto y con los ojos fijos en Dios, y caminar con Él con la alegría de vivir nuestra espiritualidad. Este es mi sueño para el futuro. Esta es mi misión más importante como superiora de la congregación.