¿Cómo describiría la situación, sobre todo con referencia a los sacerdotes, religiosos y a los voluntarios?
Los malgaches viven ahora en la inseguridad total. Asalto a mano armada es casi normal en toda la isla. El robo del ganado y otros bienes... Lo peor es que si los bandidos no están contentos con lo robado, continúan la violencia física e incluso la muerte. En cuanto a los sacerdotes, a los religiosos y a los voluntarios, tienen los mismos riesgos que toda la gente... pero estoy totalmente comprometido y dedicado a servir al pueblo de Madagascar, como persona y como hijo de Dios.
¿Esto afecta el trabajo con los jóvenes?
Somos seres humanos, hechos de carne y sangre, nos sentimos inseguros. Y la labor educativa con los jóvenes se vuelve difícil frente a la inseguridad pública. En cualquier caso, estamos constantemente en busca de lo mejor, de no dejar a los jóvenes a ser engañados por una mentalidad que destruye el bien común y la persona humana.
Como sacerdote y director de una radio, ¿Qué mensaje daría?
Que la educación del pueblo de Dios, de los jóvenes y de los adultos debe estar siempre en nuestros pensamientos. Es necesario proclamar a Cristo resucitado a todos, que todo nuestro trabajo de evangelización y de educación testimonien el amor de Dios. La radio es una manera eficaz y fácil de transmitir este mensaje a todo el mundo. Aquello que trasmite la radio, la gente lo toma en serio: “Es Radio Don Bosco que lo dijo”
¿Se ha tenido algunas indicaciones por parte de las autoridades de la iglesia?
Los representantes de la Iglesia, sobre todo Conferencia Episcopal de Madagascar, piden justicia y paz y que reine en todo el país. Hubo una fuerte condena de la agresión armada y de la violencia, y una llamada a un mayor compromiso de los responsables de la seguridad pública. Los obispos animan a todos, especialmente a los consagrados, a no rendirse y a perseverar en las obras del desarrollo.