"En Ruanda - explica el salesiano - llevamos a cabo nuestra misión entre los niños y jóvenes pobres, y en Rango, en el distrito de Huye, ayudamos a más de 120 niños de la calle; pero a nivel nacional hay muchos más.
La situación de los niños de la calle se caracteriza por una alta incertidumbre y una continua violación de sus derechos: desde la educación hasta los derechos a la salud, protección, alimentación, y de vivir con sus padres. Todos han abandonado la escuela y a menudo tienen un trabajo difícil que les permite ganar unos pocos centavos. La mayoría padece desnutrición y otras enfermedades como disentería, malaria y sarna.
En la calle también sufren la falta de sueño: se detienen solo unas horas al día y cobijados con un cartón duermen con un ojo abierto, por miedo a que alguien les robe las pocas cosas que tienen. Muchos corren el peligro de acabar asumiendo drogas para tratar de olvidar sus problemas".
¿Cuál es el compromiso de los salesianos con ellos?
En 2016 se puso en marcha un proyecto para los niños de la calle, que ahora prosigue sobre todo recibiéndolos en la parroquia "San Juan Bosco" en Rango. Nuestro objetivo es tocar diferentes aspectos de la persona: el cuidado del cuerpo, la suspensión del consumo de drogas. Los niños son cuidados, aprenden nuevamente la higiene y hacen deporte.
Desde un punto de vista psicológico intentamos escuchar a estos niños, ayudarlos a recuperarse lentamente del trauma y recuperar la confianza en sí mismos y en los demás. Queremos que los niños sean felices, que sigan estudiando y aprendiendo a leer, pero también que jueguen; que reciban ropa nueva, uniformes y que recuperen el respeto por los adultos y los otros niños. También que puedan participar en la actividad de oración del centro salesiano, respetando la sensibilidad y la historia de cada uno, ya que el centro acoge a niños de todas las religiones.
Viendo la situación específica de Rango, a los salesianos nos gustaría aumentar la preparación de comida de manera que sea suficiente para todos y construir un centro de hospedaje para ellos, pero todavía nos falta apoyo económico.
¿Qué le gustaría solicitar a la Iglesia, a los cristianos occidentales y las instituciones internacionales?
Pedimos ayuda financiera para proteger a los niños en riesgo y para crear conciencia en la comunidad mundial para que se promueva el respeto de la dignidad de los niños vulnerables del mundo.