Después de la Santa Misa presidida por el Superior de Vietnam, P. Joseph Nguyen Van Quang, el P. Fabio Attard Consejeros de la Pastoral Juvenil y el P. Filiberto González Consejero de Comunicación Social presentaron temáticas introductorias, inmediatamente después; los delegados se dividieron en 4 grupos para analizar el nivel de cooperación de los Dicasterios, compartiendo posteriormente las conclusiones
Por la tarde, después de las palabras de bienvenida por parte del P. Václav Klement Consejero Regional para Asia Este-Oceanía; el P. Attard presentó a los participantes el “Cuadro de Referencia de la Pastoral Juvenil” y a continuación hizo lo mismo el P. Filiberto con “El Sistema Salesiano de Comunicación Social” (SSCC).
El P. Attard destacó el camino del Pastoral Juvenil Salesiana dentro del camino de la Iglesia, demostrando cómo los modelos pastorales deberían derivarse de las elecciones y de los criterios pastorales que tengan presente la escucha de los jóvenes y la escucha del Evangelio, en el marco educativo-evangelizador salesiano: “Es un proceso que debe realizarse con la contribución de todos y está dirigido a todos”.
Por su parte, el P. González, además de describir las características básicas del Sistema Salesiano de Comunicación, recordó cómo en el corazón de toda la comunicación salesiana siempre está Cristo, los jóvenes pobres y necesitados. Y en el trabajo de repensar y re-significar la Comunicación Social en toda la región, señaló la importancia de modificar algunos aspectos de la formación, junto con los estilos y los canales de comunicación: interna, con los laicos y con los destinatarios de la misión salesiana.
A las dos presentaciones realizadas por parte de los Consejeros, continuó un foro abierto y un diálogo en grupos, con el objetivo de pensar cómo fortalecer la colaboración entre los dos sectores. El resultado del trabajo fue presentado en la asamblea. En base a las sugerencias recibidas se prepararon algunas propuestas concretas que serán examinadas posteriormente por parte del P. Attard y el P. González en Roma, para luego ser definitivamente aprobadas.