El encuentro en la Catedral de Rabat fue uno de los muchos momentos significativos del viaje apostólico del Papa a Marruecos: solo dos días, pero llenos de gestos y de mensajes.
Visitando el Mausoleo dedicado a Moahammed V, el Santo Padre dejó escrito: “Invoco a Dios Todopoderoso para la prosperidad del Reino de Marruecos, pidiéndole que aumente la fraternidad y la solidaridad entre cristianos y musulmanes”.
Con el mismo espíritu, el Papa Francisco relanzó posteriormente, junto con el Rey Mohammed VI, su llamado al reconocimiento del carácter multirreligioso específico de Jerusalén.
El Papa Francisco se convirtió este 30 de marzo en el primer pontífice en ingresar a un centro de formación de imanes, al visitar este sábado el Instituto Mohammed VI de los Imanes, Predicadores y Predicadoras de Marruecos.
Ciertamente una de las reuniones más emotivas del viaje fue con los migrantes acogidos por la Cáritas diocesana de Rabat. El Papa Francisco explicó: "Lo que está en juego es el rostro que queremos darnos a nosotros mismos como sociedad y el valor de cada vida... No podemos olvidar que el progreso de nuestros pueblos no puede ser medido solo por el desarrollo tecnológico o económico. Depende sobre todo de la capacidad de ser movidos por los que llaman a la puerta y con sus ojos desacreditan y agotan todos los falsos ídolos que hipotecan y esclavizan la vida”.
Ayer, finalmente, presidiendo la misa más concurrida que se haya celebrado en el país, en el complejo deportivo "Príncipe Moulay Abdellah", recordó una vez más el valor de la fraternidad, empezando por la parábola del Hijo Pródigo. “Porque en vez de medirnos o clasificarnos por una condición moral, social, étnica o religiosa podamos reconocer que existe otra condición que nadie podrá borrar ni aniquilar ya que es puro regalo: la condición de hijos amados, esperados y celebrados por el Padre”.
Comentando el camino apostólico, el Arzobispo de Rabat, Mons. Cristóbal López Romero, salesiano, subrayó la profundidad y la calidad de los discursos pronunciados durante la visita: “Son mensajes válidos no solo para Marruecos, sino para el mundo entero y para la Iglesia universal”.