Después de una primera experiencia en el oratorio en Chioggia, fue llamado a servir a su país, participando en la Primera Guerra Mundial (1915-1918) con otros salesianos que, como él, salió de esta dura experiencia endurecido aún más en el cuerpo y el espíritu.
Fue ordenado Sacerdote en Milán, en marzo de 1924, y recibió el crucifijo misionero en Valdocco en octubre, en la Basílica de María Auxiliadora. El 30 de noviembre partió a la India. El 23 de diciembre ya se encuentra en Shillong, en Assam, una zona montañosa al noreste de la India, bajo el Tíbet, en la frontera con China, entre las tribus Khasi y Yaintia.
Tenía la tarea de acercarse a los habitantes de la zona y en menos de un año fue nombrado párroco de la ciudad. Visitó los pueblos, viajó a las “periferias” por los senderos de las montañas escarpadas y agotadoras, para encontrarse con las familias y con los niños, independientemente de su origen étnico y la religión. Dio inicio a los oratorios salesianos y dio a conocer a Jesús y su Evangelio, esa era su misión.
Dio toda su vida para la gloria de Dios y la salvación de las almas. Trabajo con pasión hasta el final de su vida que tuvo lugar el 30 de enero de 1957 en Dibrugarh.
Parece fabuloso no solo el número de conversiones que realizó y los bautizos que administró. El fruto de su extraordinaria misión que todavía continúa llenándose de asombro. La oración fue el secreto de su fuerza, el amor al Sagrado Corazón de Jesús y María Auxiliadora, fueron la inspiración de todas sus obras.
Ya sea el lugar de nacimiento, como la diócesis de Vittorio Véneto, la gente tiene una gran devoción por su compatriota.
Actualmente promueven la causa de Beatificación del P. Constantino Vendrame, involucrando a los jóvenes y manteniendo vivo el celo misionero y el compromiso de anunciar el Evangelio que distinguía a este misionero.