Un gran incendio se produjo en el piso 12 del edificio, matando a cuatro de sus vecinos. Pronto se pidió auxilio y en pocos minutos se escuchó el sonido de las sirenas de los bomberos. Sin embargo, quedó claro que los rescatistas, por sí mismos, no podían ayudar a todas las personas atrapadas dentro del edificio. ¿Quién los ayudaría? ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿De qué manera?
¡Una gran ayuda vino de una persona inesperada! La adolescente Sadavarte no dudó en presentarse. Se quitó la ropa, lo cortó en trozos pequeños y luego los mojó con mucha agua, como si fueran una especie de purificador de aire para ser colocado en la nariz y mantener el monóxido de carbono a distancia. Luego instó a los que estaban atrapados a hacer lo mismo y puso un paño húmedo sobre el cuerpo para mantener las temperaturas bajas. Sus instrucciones funcionaron y ahorraron tiempo, mientras los bomberos llevaban a cabo el rescate.
Dos años antes, en la escuela, Zen Sadavarte, había llevado a cabo una investigación sobre la gestión de desastres. Había aprendido mucho sobre incendios y cómo lidiar en situaciones peligrosas.
En ese momento, en el mundo, se habían sucedido muchas catástrofes, entre las que se recuerda el tsunami en Japón o el huracán Katrina en los Estados Unidos. Por esta razón, esta adolescente había pedido algunas indicaciones a su maestro de cómo comportarse en tales situaciones. “¿Por qué no investigas y nos explicas a todos qué hacer en caso de un desastre?”, había pedido el maestro en aquel entonces.
Entonces, lo primero, dice Zen: “Me dejé ayudar de mis profesores e investigué sobre lo que se supone, qué debes hacer cuando hay un incendio y hay mucho humo, o cuando el fuego continúa, incluso en medio de las inundaciones. Es por eso que lo que sé se lo debo a mis maestros. Entonces, la idea de usar una máscara vino de la investigación que hice”.
La compostura y la capacidad de Sadavarte para mantener la calma ayudaron a salvar a su familia y a varios vecinos. Esta calma dio un tiempo precioso, hasta que el personal de la brigada de los bomberos pudo alcanzarlos y llevarlos a un lugar seguro. Mientras que sus padres están orgullosos de su hija de diez años, por salvarlos.
“Este es el caso de un niña que realmente pone en práctica los que se estudia en la escuela. Es una habilidad que se enseña en la escuela y que te ayudará en algún momento de tu vida, si lo tomas en serio”, dijo Meena Saldanha, la directora.
El P. Crispino D'Souza, Director, reflexionó sobre la metodología de enseñanza adoptada por la institución, que ayuda a los estudiantes a lidiar con situaciones de la vida real. “Es un sentimiento muy orgulloso, valida todo lo que haces en la escuela. Por eso, cuando suceden cosas como estas, te sientes consolado de que se logran algunos frutos con todo lo que haces en la escuela y el arduo trabajo que realiza. Normalmente, recibes publicidad por las cosas equivocadas que suceden. Usamos la metodología del Bachillerato Internacional (IB) y los programas del PEP, donde tratamos de hacer que los muchachos y muchachas investiguen sobre diferentes temas. Esta es una metodología actual donde no se potencia solo la parte memorística, sino otros aspectos importantes para la vida”.