Hasta su erección canónica como visitaduría en 1988, la presencia salesiana en el África Meridional formó parte de la Inspectoría de Gran Bretaña hasta 1972 (habiendo sido elevada a delegación en 1957) y luego, de 1972 a 1988, de la Inspectoría de Irlanda-Malta-Sudáfrica (IRL).

La misión en eSwatini (Suazilandia hasta 2018) se abrió en 1953, y la más reciente, en Lesoto, en 1980. A lo largo de estos años, alrededor de ciento treinta salesianos, en su mayoría misioneros, han trabajado en estos tres países y ya se encuentran en el Jardín Salesiano del Cielo.

Al inicio de la Visitaduría “Beato Miguel Rúa”, AFM contaba con casi setenta salesianos activos en siete comunidades canónicamente erigidas.

Hoy en día, las comunidades de AFM son nueve, distribuidas de la siguiente manera:

• En Ciudad del Cabo hay dos centros: el Salesian Institute, fundado en 1896, y la obra de Lansdowne, iniciada en 1923.
• En Johannesburgo, también en Sudáfrica, hay tres centros: Clonlea-Walkerville, de 1949; Booysens, de 1952, y Ennerdale, de 2004.
• En eSwatini, desde 1953, están las casas de Manzini y Malkerns.
• En Lesoto, desde 1980, las casas de Maputsoe y Maseru.

Actualmente, los salesianos en AFM son cuarenta y cuatro, con una edad media de cincuenta años. La composición numérica es la siguiente:

• 29 presbíteros
• 6 coadjutores
• 4 clérigos
• 5 enviados desde otras circunscripciones

A ellos se suman también 4 novicios.

Obras y comunidades salesianas

En los últimos ciento veintinueve años, el perfil de la misión salesiana en los territorios de AFM ha cambiado en tres ocasiones. De las obras educativas (colegios y escuelas técnicas), que fueron centrales entre 1896 y 1970, se pasó a un crecimiento de la pastoral en las parroquias (a partir de 1970) y, desde finales de los años noventa, se han desarrollado diversas obras educativo-sociales para jóvenes en situación de vulnerabilidad. Actualmente, los salesianos en AFM gestionan: 6 parroquias (3 en Sudáfrica, 2 en Lesoto y 1 en eSwatini) 16 escuelas (2  en Sudáfrica, 6 en Lesoto y 8 en eSwatini) 3 centros de formación profesional.

La Familia Salesiana Poco después de su llegada, entre 1900 y 1910, los salesianos promovieron la creación de la Asociación de Salesianos Cooperadores, erigida como asociación en 2018 y que actualmente cuenta con seis centros. Los Exalumnos de Don Bosco están creciendo como grupo organizado y asociado a la Confederación Mundial en eSwatini, mientras que los grupos en Sudáfrica y Lesoto aún no están bien estructurados. Las Hijas de María Auxiliadora, que llegaron a Sudáfrica en 1961, hoy cuentan con seis comunidades en Sudáfrica y Lesoto. Además, la Asociación de María Auxiliadora y las Voluntarias de Don Bosco se encuentran en fase de formación inicial.

Las obras más relevantes Entre las obras más significativas en Sudáfrica destacan especialmente dos: La casa madre de Ciudad del Cabo con sus Proyectos Juveniles del Instituto Salesiano, que actualmente atienden a más de quinientos jóvenes y jóvenes adultos en situación de vulnerabilidad con programas juveniles extracurriculares y de inserción laboral.

El centro juvenil salesiano de Johannesburgo, con una tradición de treinta años de voluntariado misionero local en los programas de pastoral juvenil. Su programa insignia es el de educación en el amor Love Matters.

Relanzamiento del carisma salesiano

En 2023, el Rector Mayor pidió al superior de la Visitaduría AFM, el padre Václav Klement, y a sus hermanos salesianos, “relanzar nuestro carisma salesiano”. La Visitaduría AFM, en este sentido, expresa su gratitud por el continuo apoyo del consejo general, que incluye el envío de un nuevo misionero cada año, el respaldo económico para la construcción de la casa inspectorial y el apoyo al relanzamiento carismático. La comunidad de AFM también agradece la solidaridad de otras circunscripciones de la Región África-Madagascar, que envían a sus jóvenes religiosos a prestar servicio por dos o tres años.

Por su parte, la comunidad inspectorial de AFM se esfuerza por contribuir al crecimiento del carisma desde dentro, mediante una triple conversión: desarrollar una cultura del acompañamiento, fortalecer el sentido de pertenencia a la comunidad inspectorial —bajo el lema “Un corazón, un alma”— y promover la formación y la participación de los laicos como responsables de la misión.

• Title Title
• Title Title
• Title Title
• Title Title
• Title Title
• Title Title
• Title Title
• Title Title
• Title Title
• Title Title
• Title Title
• Title Title
• Title Title
• Title Title
• Title Title
• Title Title
• Title Title
• Title Title
• Title Title
• Title Title
• Title Title
• Title Title
• Title Title
• Title Title
•  

Tweet