En San Luis, la idea y práctica educativa de la comunidad se basan en un modelo holístico que combina cuidado, educación y formación profesional. Cada joven que llega a San Luis es visto como un individuo con necesidades, talentos y aspiraciones únicas. Los programas están cuidadosamente diseñados para ofrecer relaciones personalizadas y caminos de desarrollo. Estas relaciones se construyen sobre la confianza, el respeto y el objetivo de promover la independencia, creando un puente entre las dificultades pasadas de estos jóvenes y el futuro que desean alcanzar.
El enfoque de San Luis está profundamente arraigado en los valores salesianos: razón, religión y amorosidad. La razón guía programas estructurados, pero flexibles, asegurando que satisfagan las complejas necesidades de los adolescentes. La religión inspira esperanza, llenando las brechas espirituales y culturales que suelen acompañar a la migración. La amorosidad se refleja en la atmósfera familiar de la comunidad, donde cada joven es tratado con cuidado y dignidad. Esta sinergia de valores crea una base para el crecimiento y la resiliencia.
En San Luis, la educación va más allá del simple auxilio. A partir del reconocimiento del potencial de cada joven, la comunidad fomenta un sentido de responsabilidad, la conciencia de derechos y deberes, y la integración cultural. Las rutinas diarias y las normas son oportunidades educativas, para enseñarles habilidades de vida esenciales y promover la madurez emocional. Esta realidad educativa transforma los desafíos en oportunidades de aprendizaje, que ofrecen a los jóvenes migrantes la posibilidad de reconstruir sus vidas con propósito y estabilidad.
Uno de los principales objetivos de San Luis es preparar a estos jóvenes para una integración significativa en la sociedad. La adquisición del idioma es un componente clave, con un programa estructurado que ayuda a los estudiantes a avanzar desde una alfabetización básica hasta competencias comunicativas avanzadas. El desarrollo profesional es igualmente prioritario, con formación en sectores como mecánica, soldadura y cocina. Las colaboraciones con instituciones y empresas locales permiten a los jóvenes aplicar sus habilidades, sentando las bases para la autosuficiencia y el empleo futuro.
La integración cultural también es un pilar de la misión educativa de la obra. La comunidad abraza la diversidad, creando oportunidades de diálogo intercultural que promueven el respeto y la comprensión mutua. Los adolescentes son guiados para mantener el orgullo por su herencia mientras aprenden a desenvolverse en las normas sociales italianas. Este doble enfoque les ayuda a construir una identidad transcultural, preparándolos para una vida de contribución significativa en su nuevo entorno.
Operando en una región con dinámicas sociopolíticas complejas, la comunidad enfrenta numerosos desafíos, entre ellos superar obstáculos burocráticos, gestionar diferencias culturales y apoyar a jóvenes que han sufrido traumas. A pesar de estas dificultades, la comunidad se mantiene firme en su misión, perfeccionando continuamente su enfoque para ofrecer mejores oportunidades de crecimiento e integración. La resiliencia de educadores y estudiantes es un testimonio del poder transformador de este modelo educativo.
El camino en San Luis está diseñado para culminar en independencia y preparación para la adultez. Ya sea a través de competencias profesionales, logros educativos o comprensión cívica, los jóvenes dejan la comunidad equipados para enfrentar los retos de la vida. Su crecimiento refleja el compromiso de los educadores que los han apoyado con paciencia, empatía y visión.
La comunidad salesiana “San Luis” en Gorizia es más que una institución educativa; es un espacio transformador donde los jóvenes migrantes reconstruyen sus vidas. Al abordar las necesidades emocionales, educativas y profesionales de los MSNA, representa un enfoque innovador en la educación. Los chicos enfrentan un largo viaje y llevan consigo un importante esfuerzo y deuda económica familiar: como cualquier adolescente, se sienten atraídos por soluciones fáciles y necesitan educadores que los protejan, pero que también los guíen hacia caminos correctos. La mayoría de ellos tiene proyectos hermosos y mucha resiliencia. A pesar de las apariencias, la sociedad italiana no es completamente acogedora y aún les niega a la mayoría de los MSNA acceso a la escuela, la formación, el trabajo y el deporte. Los medios de comunicación a menudo representan de forma distorsionada a estos chicos como desviados y peligrosos, olvidando verificar la apertura real de los canales educativos necesarios para el desarrollo positivo de cualquier adolescente. Por ello, la misión y acción de la comunidad San Luis en este difícil terreno es más importante que nunca, además de ser un paso firme siguiendo las huellas de Don Bosco.
Padre Vincenzo Salerno, SDB
Director de la comunidad para MSNA de Gorizia