El padre Augustyn Dziędziel nació el 20 de abril de 1935 en Gorzów, en la diócesis de Cracovia, cerca de Oświęcim. Sus padres eran Rudolf Dziędziel y Zofia Matyj. Tenía cinco hermanos, dos de los cuales murieron durante la infancia.
De niño vivió la Segunda Guerra Mundial, recordando, entre otros episodios, un bombardeo aéreo por aviones alemanes el día en que comenzó la guerra, así como la huida de su familia de los ocupantes cerca de Trzebinia y su posterior regreso a Gorzów. No le era ajeno ver prisioneros hambrientos de Auschwitz trabajando en los campos de Babice y Broszkowice, a quienes los adultos e incluso los niños, como el pequeño Augustyn, intentaban ayudar llevándoles comida. La madre de Augustyn, Zofia, le daba un fajo de pan y le explicaba cómo y dónde esconderlo de los Kapos y de las SS que vigilaban a los prisioneros.
A los siete años, Augustyn comenzó la escuela, con un programa alemán para alumnos polacos que solo enseñaba a “escribir, leer y contar hasta quinientos”. Después de las clases, los alumnos y sus maestros eran obligados a trabajar para el bauer que había tomado la finca Sapieha, en Bobrek. En esta escuela, los profesores realizaron una enseñanza clandestina, complementando el aprendizaje de los niños con materias prohibidas por los alemanes.
Sin embargo, en medio de la oscuridad de la ocupación, una luz brilló para el pequeño Augustyn que influiría en su camino de vida. En 1942, presenció la primera misa del sacerdote Józef Piotrowski, originario de Gorzów, celebrada en la iglesia de la Santísima Trinidad de Bobrek. Al observar al sacerdote, el pequeño sintió la llamada de Dios para también convertirse en sacerdote, un pensamiento que nunca lo abandonó.
Después de la guerra, comenzó sus estudios en la Escuela Secundaria Privada Salesiana del Instituto San Juan Bosco, en Oświęcim, en septiembre de 1948. Un año después, Augustyn y toda su familia vivieron el momento dramático de la muerte inesperada de su padre, a la edad de cuarenta y nueve años. La madre y el hermano mayor, Stanisław, asumieron el cuidado de la familia. Augustyn trabajaba durante todas las vacaciones de verano para ganar el dinero necesario para pagar la escuela. Obtuvo el diploma de secundaria en 1952 y, en agosto de ese mismo año, ingresó al noviciado de la Congregación Salesiana en Kopiec, cerca de Częstochowa, el cual completó profesando los votos temporales el 15 de agosto de 1953. Tres años después, en 1956, en su solicitud de votos perpetuos, escribió: “Durante los tres años de votos he confirmado la convicción de que mi vocación viene verdaderamente de Dios”.
El padre Augustyn Dziędziel completó su formación religiosa y sus estudios seminarísticos en preparación para la ordenación sacerdotal en el Seminario Mayor de la Sociedad Salesiana de Cracovia y en el Seminario Diocesano de Lublin, donde fue ordenado sacerdote el 19 de abril de 1959, por el obispo Piotr Kałwa. Es interesante notar que antes de su ordenación sacerdotal, Augustyn tuvo que solicitar la dispensa de edad, ya que no había cumplido los veinticuatro años requeridos por el derecho canónico, pues los cumpliría al día siguiente.
Después de la ordenación, el padre Augustyn regresó a Cracovia, donde durante diez años, hasta 1969, desempeñó el rol de secretario inspectorial de la Inspectoría salesiana de san Jacinto, con sede en Cracovia. Durante estos años también fue redactor del Boletín Salesiano Nostra y ayudó en el trabajo pastoral en la parroquia salesiana de san Estanislao Kostka. En ese período, declaró: “Tuve la alegría de ayudar pastoralmente en la parroquia”. Desde 1964 hasta 1969, mientras cumplía con las tareas asignadas, estudió simultáneamente derecho civil por correspondencia en la Universidad Jagellónica. Recordando esos años, afirmaba: “Se abrió para mí la oportunidad de iniciar estudios superiores. Elegí estudiar derecho porque pasé por una escuela de vida dura que me hizo sensible a la injusticia y a las desgracias de los demás, y quiero defender mi felicidad y la de los otros con mis estudios”. En este período también desempeñó el rol de notario en la fase final del proceso de beatificación de la hermana Faustina Kowalska, presidido por el entonces cardenal Karol Wojtyła.
Posteriormente, el padre Augustyn Dziędziel ocupó el cargo de ecónomo inspectorial durante un año (1969-1970). En 1970 fue nombrado superior de la Inspectoría salesiana de Cracovia, cargo que mantuvo hasta 1976. Como inspector, perteneció a la Conferencia de Superiores Mayores de Congregaciones Masculinas en Polonia. La Conferencia lo eligió para la Consulta, su órgano supremo. Por este motivo, como representante de las órdenes religiosas, fue encargado de trabajar en dos Comisiones de la Conferencia Episcopal Polaca: la Comisión para los Asuntos Religiosos y la Comisión para la Pastoral General.
Como superior de la Inspectoría, mostró gran gentileza y apoyo a las Hijas de María Auxiliadora y promovió el desarrollo de los salesianos cooperadores y de los Exalumnos. Por recomendación del padre Luigi Ricceri, inició el desarrollo del Instituto de las Voluntarias de Don Bosco (VDB) en territorio polaco. Gracias al compromiso y a la labor formativa del padre Augustyn, se formó un grupo de candidatas y luego de voluntarias que llevó a la creación de grupos en varias partes de Polonia, como Piła, Skawa, Łódź, Kielce y Wrocław. Posteriormente, como delegado del Rector Mayor, el padre Egidio Viganò llevó la idea del Instituto VDB a los países de la ex URSS, primero a Lituania y luego a Letonia, Georgia y Rusia.
Durante los años del régimen comunista en la República Checa, Eslovaquia y Hungría, ayudó de diversas maneras a los salesianos, incluidos aquellos que vivían en la clandestinidad. Organizó en Polonia, de forma clandestina, la ordenación de los hermanos de Eslovaquia. También los ayudó a establecer contactos con el Rector Mayor.
Tras su mandato como inspector, trabajó en la pastoral de la parroquia salesiana de Skawa entre 1976 y 1978. Luego de dos años de trabajo pastoral, siguió otra etapa de su ministerio salesiano.
En 1978, fue nombrado por el Rector Mayor, el padre Egidio Viganò, delegado para la Polonia Salesiana, un rol que mantuvo durante dieciocho años. Cabe recordar que el padre Augustyn participó en cinco Capítulos Generales. No pudo asistir al de 1966 porque las autoridades polacas le negaron el pasaporte. Desempeñar este cargo le brindó la oportunidad de conocer a muchas personalidades salesianas, eclesiásticas y laicas.
Apreció particularmente los encuentros con el Santo Padre Juan Pablo II en diversas ocasiones. Estos fueron una oportunidad para transmitirle al papa noticias sobre la Iglesia, en particular sobre la vida secreta y las actividades de los salesianos en la República Checa, Eslovaquia y Hungría, así como sobre los países que visitó, que en ese momento formaban parte de la Unión Soviética: Bielorrusia, Georgia, Lituania, Letonia y Ucrania, y en años posteriores también Rusia. El propósito de estas visitas era, entre otros, encontrarse con los salesianos que habían sobrevivido en estos territorios desde antes de la guerra. Con gran discreción, realizó la animación vocacional y organizó la formación inicial salesiana de los novicios y de los jóvenes hermanos.
El compromiso del padre Augustyn Dziędziel no se limitó a Europa Oriental. En 1980 se le encomendó la tarea de iniciar y desarrollar las misiones salesianas en Zambia, con la ayuda de los hermanos de las inspectorías polacas. Este trabajo condujo a la creación de comunidades en Zambia, Malaui, Zimbabue y Namibia. Cuatro años después, respondiendo a otra solicitud del Rector Mayor, comenzó a organizar misiones salesianas en Uganda, Ruanda y Burundi. Otra misión fue preparar la división de las dos inspectorías polacas en cuatro. En este proyecto, se esforzó para que las obras y los hermanos salesianos estuvieran bien identificados en las diversas inspectorías.
Además, según los datos recogidos por los historiadores salesianos que consultaron los archivos del Instituto de la Memoria Nacional, durante el período comunista sufrió numerosas emboscadas y recibió varias ofertas de colaboración por parte de las autoridades de seguridad. Siempre respondió con un enérgico rechazo. Su figura, tan importante para las autoridades comunistas debido a sus actividades en Polonia y otros países, permaneció cristalina hasta el final.
La siguiente etapa del trabajo salesiano del padre Augustyn Dziędziel fue en la Circunscripción Este, con sede en Moscú. Después de completar dieciocho años (1978 - 1996) como delegado del Rector Mayor, el padre Augustyn, a petición suya, fue asignado a trabajar en la Circunscripción Este. Llegó a Moscú el 2 de agosto de 1996, con el propósito de colaborar en la Circunscripción Este y ayudar en la Parroquia de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María. Durante estos años, se dedicó al desarrollo de la obra salesiana y de la Familia Salesiana (VDB, HMA, ASC) y participó activamente en el renacimiento de la fe en el pueblo ruso.
Entre otras cosas, contribuyó a la recuperación del edificio de la antigua iglesia católica construida por polacos antes de la Segunda Guerra Mundial en Moscú y a la restauración completa del templo, devolviéndole sus funciones sagradas. Posteriormente, tras su enriquecimiento integral, se estableció en ella la primera catedral católica de Moscú, que aún hoy funciona. Allí desempeñó sus funciones como vicario inspectorial y ejerció su ministerio pastoral en la Catedral de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María de Moscú. Celebraba la eucaristía en diversos idiomas: inglés, ruso, italiano y latín.
El 17 de diciembre de 2013, en Cracovia, bajo la dirección del superior de la Inspectoría y a propuesta suya, el Consejo del Premio decidió por unanimidad honrar al padre Augustyn Dziędziel con el "MIR de la Inspectoría de Cracovia 2013" por sus méritos especiales en la reorganización y animación de las inspectorías polacas y por la organización de obras educativas y pastorales en la antigua Unión Soviética y en las misiones salesianas.
Una vida y un trabajo tan activos tuvieron repercusiones en la salud del salesiano. A los ochenta y cinco años, fue relevado de sus responsabilidades y se estableció en Moscú, en el Orfanato Salesiano de la Divina Providencia, ubicado en el Centro Juvenil san Juan Bosco, que alberga a muchos niños. Allí, bajo los cuidados del padre Dariusz Gojko, director, y de laicos comprometidos, sirvió con la oración y el ministerio sacramental.
En mayo de dos mil veintitrés, debido al agravamiento de su estado de salud y a la falta de asistencia médica adecuada en Moscú, el padre Augustyn decidió regresar a su tierra natal. Desde el primero de junio de 2023 residió en el Seminario Salesiano de Cracovia. Allí, en la comunidad del seminario, continuó dando testimonio de la vida salesiana con oración, amabilidad y una sonrisa. Aunque sus fuerzas no se lo permitían, seguía pidiendo que se le asignara una tarea.
Agotado por su constante labor —ya que en 2024 celebraba su 65° aniversario de sacerdocio y su 89° cumpleaños—, su salud se deterioraba cada vez más. Para él, que estuvo activo toda su vida, los últimos meses fueron un "viacrucis", que afrontó con gran paz, oración y una sonrisa. Cabe destacar que en este camino fue acompañado por sus hermanos clérigos, quienes, con un servicio y una amabilidad verdaderamente samaritanos, cuidaron constantemente de él. Se expresó agradecimiento a todos los seminaristas, al salesiano coadjutor Sebastián y a los sacerdotes que celebraron la misa junto al lecho del enfermo padre Augustyn. También se elogió a sus familiares por su frecuente presencia, que tanto le agradaba. Sin duda, todos cumplieron con amor fraternal y familiar las palabras de Jesús: "Estuve enfermo y me visitasteis" (Mt 25,36).
Tras la misa funeral, los fieles se dirigieron al Cementerio Rakowicki de Cracovia, donde los restos mortales del padre Augustyn fueron depositados en la tumba de los salesianos.
Antes de esto, se pronunciaron muchas palabras emotivas de despedida por parte de diversas personalidades eclesiásticas, laicas y salesianas. En particular, se destacó una homilía llena de testimonios conmovedores, en la que algunos testigos no dudaron en llamar al padre Augustyn un santo. Gracias a la transmisión en línea, muchos otros amigos del padre Augustyn, incluso de los países donde trabajó incansablemente como hijo de Don Bosco, hombre de fe y oración heroica, pudieron participar en su funeral.
