El P. Juan Bautista Zen nació el 11 de mayo de 1931 en Tong Ka Hong (China) y asistió al noviciado de Hong Kong entre 1948 y 1949. Hizo su primera profesión el 16 de agosto de 1949, su profesión perpetua el 16 de agosto de 1955, también en Hong Kong, y fue ordenado sacerdote el 11 de febrero de 1960 en Turín.
Por sus cualidades humanas y profesionales, desde muy joven se le confió la dirección de varias comunidades. Fue Director de varias casas en Hong Kong: Cheug Chau (1966-72), Escuela Salesiana (1972-75), Escuela Tang Kong Po (1980-86) y de la Casa de la Misión Salesiana (1987-89), ejerciendo también como Maestro de Novicios en los dos últimos años.
Posteriormente, trabajó también en la presencia salesiana en Taiwán, como Director (1996-97) y Párroco (1996-2000) en Taipei, y Director y Tesorero (2000-03) en Tainan, casa de la que era Vicario desde 2005.
En la Inspectoría de María Auxiliadora (CIN), con sede en Hong Kong, fue vicario (1969-75), consejero inspectorial (1975-89) y, por último, inspector (1989-95).
"El gran salesiano chino, P. Juan Bautista Zen ha llegado al Jardín Salesiano del Cielo. Gracias por tu apasionado testimonio de vida, amor a la Congregación, a Don Bosco y a María Auxiliadora. ¡Descansa en paz!", escribió el P. Václav Klement, actual Superior de la Visitaduría de África Austral (AFM) y antiguo Consejero Regional para Asia Oriental-Oceanía, en un mensaje en Facebook.
Por su parte, el P. Lanfranco Fedrigotti, misionero italiano activo en la Inspectoría CIN desde hace más de 55 años, escribió un emotivo recuerdo del P. Zen. Además de recordar su primer encuentro en el muelle de Cheung Chau -donde el P. Fedrigotti lo confundió con un simple novicio, ya que el P. Zen parecía mucho más joven que su edad-, el misionero relató: "Usted fue, durante tres años, el primer Director de mi vida misionera. Compartiste conmigo y con mis compañeros tu entusiasmo por Don Bosco y por los jóvenes, especialmente los marginados. Más tarde, fuiste mi Director dos veces más (en la Escuela Tang King Po y en la Casa de la Misión Salesiana), y durante seis años fuiste mi Inspector (1989-1995). En estos 57 años, has sido un padre y un hermano para mí y, estoy seguro, para muchos otros jóvenes hermanos. Respondías con afecto a todos mis correos electrónicos. No perdías ocasión de animarme a ser más fiel a Don Bosco y a mi vocación. Ahora me gusta pensar que ya estás en el Jardín Salesiano. Allí estás en compañía de tu querido Don Bosco, de nuestros mártires y confesores de la fe, y de mi compañero misionero el P. Aldo Cipriani. Por favor, ¡continúa cuidándonos a nosotros que todavía estamos en camino! ¡Entonces podremos esperar volver a encontrarnos!".