El encuentro, organizado por la ISS y el Centro de Estudios Don Bosco, fue moderado por el Secretario de la ISS, padre Stanisław Zimniak, y contó con una amplia participación del público.
Tras el saludo inicial del padre Thomas Anchukandam, Director de la ISS, hubo tres ponentes que ilustraron el valor de la obra del padre Barberis. Sus discursos están disponibles en línea en este enlace.
La primera ponencia del padre Massimo Schwarzel, editor del volumen, destacaba la figura de Don Barberis y la importancia historiográfica de su obra. Nacido en 1847, Giulio Barberis ingresó en el gimnasio de Valdocco en 1861. Ordenado sacerdote en 1870, completó su formación en 1873 con una licenciatura en Teología en la Universidad de Turín. Don Bosco le encomendó la formación de los novicios en 1875.
Tenía apenas 28 años. Ocupó este cargo durante veinticinco años. Luego fue Inspector y director espiritual de la Congregación. Trabajador incansable y preciso, fuertemente apegado a Don Bosco, tuvo la oportunidad de dialogar frecuentemente y durante mucho tiempo con el Fundador. Fruto de estas charlas son los cuadernos de Crónica, inspirados en la preocupación por recordar "los hechos y las palabras de Don Bosco", el estilo educativo de Valdocco y el espíritu que animaba la primera casa de la Congregación. Don Giovanni Battista Lemoyne, SDB, el primer biógrafo del santo, se basó ampliamente en este rico material, pero lo filtró desde una perspectiva hagiográfica y edificante. La lectura directa de la “Cronichetta”, en cambio, permite un acercamiento directo al Don Bosco histórico, al hombre concreto, con su mentalidad, su estilo de acción, sus perspectivas ideales.
En la segunda intervención el padre Aldo Giraudo ilustró algunas particularidades de la vida cotidiana de Valdocco. Fueron años de constante aumento numérico. La casa rebosaba: 700 muchachos internos pobres, de 12 a 20 años, más cien salesianos, todos muy jóvenes. El ambiente se caracterizó por un frenético fervor operativo, propio del espíritu de la Congregación. Tal laboriosidad brotaba del deseo de consumirse a sí mismo para la mayor gloria de Dios y el bien de los jóvenes. Una segunda peculiaridad de la casa de Valdocco es el intenso clima espiritual en el que se sumergen los jóvenes y los salesianos, de forma natural y sin ninguna coacción. El resultado fue una ferviente vida espiritual, fecunda de excelentes frutos. Uno de ellos es el impresionante florecimiento vocacional. El ponente señaló que la Crónica no destaca hechos "sobrenaturales". Don Barberis no presenta a Don Bosco como un hacedor de milagros. Describe al hombre inteligente y emprendedor; el sacerdote celoso y valiente; la persona virtuosa y devota, pero muy normal, sin fenómenos extraordinarios evidentes. Sin embargo, se esfuerza por narrar lo que le parece extraordinario en la vida de la comunidad, para demostrar la protección de Dios y la asistencia de María Auxiliadora en la obra salesiana.
El tercer orador, el padre Samuel Amaglo, se detuvo en las expediciones misioneras de 1875 y 1877, ilustradas extensamente en la “Cronichetta”. La misión salesiana desde sus orígenes involucró a toda la Congregación naciente. Don Barberis describe con detalle la preparación de la Primera Expedición y da testimonio del fervor suscitado por el evento. Fue un proyecto cultivado durante mucho tiempo por Don Bosco, que supo crear en el ambiente un estado permanente de misión. El personal fue cuidadosamente seleccionado, comenzando por el responsable de la expedición Don Giovanni Cagliero, preferido "por su disposición dulce, carácter conciliado, actitud amorosa".
La solemne función de despedida tuvo un fuerte impacto en los jóvenes y en la opinión pública. Don Bosco valoró este entusiasmo en una perspectiva educativa, espiritual y vocacional, sugiriendo a los jóvenes: “Comiencen a prepararse con la oración, siendo realmente buenos, sírvanse como misioneros los unos a los otros, dándose mutuamente el buen ejemplo; luego también estudiando mucho, haciendo bien sus deberes de estudio y de la escuela”.
El fervor inspirado por el santo, y en particular el clima predispuesto por él a cultivar vocaciones y a formar a quienes partían, son elementos que todavía sirven de lección para un renovado espíritu misionero según el carisma de Don Bosco.
Al final del evento, el padre Michal Vojtáš, Vicerrector de la UPS, ofreció algunas ideas de reflexión sobre la fecundidad pedagógica, espiritual e identitaria de documentos como éste, para un replanteamiento operativo de la identidad y misión salesiana hoy.
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