Los alimentos, medicamentos, dinero y el combustible son las cosas más importantes que ellos necesitan, dijo el padre Sikon, en una entrevista concedida al Irish Catholic. Y cuando le preguntaron si alguna vez sintió miedo durante sus viajes a Ucrania, respondió que llegó a Kiev solo un día antes de la invasión rusa. “Fue un ataque grande y bien preparado, desde siete direcciones. Yo también estaba en la multitud empeñada a escapar hacia Polonia: caminamos 18 km, luego esperamos 18 horas en la frontera para ingresar a Polonia. Más tarde, llegué a Krakow, me pidieron que condujera la primera camioneta con ayuda hacia Ucrania. Respondí que sí, pero tenía dudas. Entretanto el día en que comencé, cuando iba a Ucrania, leímos el Evangelio en el que Jesús dice que aquellos que quieran salvar su vida la perderán ... ¡Este Evangelio me dio fuerza! He pasado por la frontera varias veces con nuestros medios de transporte y llevando nuestra ayuda", dice el padre Sikon, quien ha estado transportando durante más de un mes y medio.
De hecho, los misioneros generalmente se encuentran en una situación privilegiada para responder a las crisis humanitarias, y los salesianos no son la excepción. Esto se debe a que tienen acceso a "una red fantástica a través de las iglesias y trabajan con las comunidades locales. De esta manera pueden ayudarles a encontrar alojamiento a largo plazo para los desplazados", comenta John Muffett, jefe de “Misean Cara”, una organización irlandesa que apoya a las congregaciones misioneras y de voluntarios. "Los misioneros -continúan el Sr. Moffett- están utilizando todas las estructuras que tienen a disposición para ayudar a las personas a expatriar, en particular en Polonia, así como distribuir mantas, alimentos y agua".
“Las hijas de María Auxiliadora, agrega, están brindando ayuda médica a las personas que han sido heridas por los bombardeos en Lviv y Odessa. Los salesianos siguen trabajando en ambos lados de la frontera, proporcionando refugio en sus estructuras, iglesias y casas. Están allí en los centros de recepción en Polonia para ayudarlos a tener acceso al alojamiento, para proporcionarles una taza de té caliente, mantas y ropa para tantas personas que dejan todo atrás".
Desde un punto de vista espiritual, el padre Sikon afirma que la fe del pueblo ucraniano está creciendo a pesar de la guerra, "incluso si es muy difícil y doloroso que las personas vivan constantemente con miedo de perder la vida".
Aproximadamente tres cuartas partes de la población de Ucrania son cristianos ortodoxos, mientras que más del 10% se identifica como católico. El oeste de Ucrania es la región donde el catolicismo es más fuerte. "Cuando el Papa Francisco consagró el 25 de marzo a Ucrania y a Rusia al Inmaculado Corazón de María, muchas personas se reunieron en esta pequeña parroquia", explica el salesiano polaco.
"La condición espiritual de los ucranianos está creciendo y pueden creer con razón que la justicia moral está de su lado, dado que no es Ucrania la que está atacando a Rusia. Entonces, desde este punto de vista, el sentimiento es reconfortante y las personas son fuertes".
El padre Sikon concluye observando que la guerra en Ucrania es en muchos sentidos, una "lucha espiritual" y por eso él, los salesianos y gran cantidad de personas están luchando con ellos, en primer lugar con la oración. Y concluye indicando que "rezamos todos los días por la paz”.
Fuente: The Irish Catholic