La presentación se ha centrado en varios aspectos: la persona del acompañante; las diversas etapas del acompañamiento de la vida de fe; las cuestiones que acompañan frecuentemente el proceso de crecimiento en la vida humana, vocacional y espiritual de los jóvenes; la relación de ayuda y su dinámica en el proceso de acompañamiento; algunos aspectos de la entrevista del acompañamiento. Se ha generado un diálogo sobre diversas temáticas referidas al contexto de la inspectoría y a las problemáticas del mundo juvenil.
El acompañamiento personal, sea cual sea la manera de entenderlo, tiene que ver con lo más íntimo, personal e inviolable de las personas. Con absoluta modestia se nos permite la entrada; desde la humildad de quien sabe que se le invita a participar, y sólo como acompañante, en el camino del Espíritu que recorre la persona acompañada. Acompañar a una persona lleva consigo la idea de recorrido, de camino, de trayectoria. Por ello, nuestros jóvenes necesitan guías y maestros, personas con alma ancha.