MENSAJE DEL RECTOR MAYOR
Pobres jóvenes si además de todo lo que toca vivir en estos momentos, les matamos o anulamos o mutilamos sus sueños, sus deseos de hacer algo grande y bello con sus vidas.
Quizá les resulte extraño esta pregunta mis queridos amigos y amigas y siempre simpatizantes de la grandiosa figura que fue Don Bosco.
Amigos y amigas lectores de este Boletín Salesiano: reciban mi cordial saludo en un momento donde todos tenemos el ánimo sobrecogido. Estoy escribiendo estas palabras el día 1 de abril pensando en el mes de mayo, el mes de nuestra Madre. A Ella nos hemos encomendado en todo el mundo salesiano en un momento muy doloroso de esta pandemia del Covid-19, más conocido como coronavirus. Desde todas las partes del mundo hemos orado pidiendo al Señor con la mediación de nuestra Madre la ayuda y el consuelo en estas horas tan terribles para todos, con tantas pérdidas humanas. Después vendrán otras dificultades que tendremos que afrontar.
«La gracia que viene del Señor, a la cual me abandono, su ayuda, la de todos los salesianos en los más diversos lugares del mundo, y el amor que tengo y tenemos por nuestros jóvenes, especialmente los más pobres, me dan la paz y la valentía necesarias».