MENSAJE DEL RECTOR MAYOR
Les saludo mi querida Familia Salesiana, amigos y amigas de Don Bosco y su carisma, y lectores todos desde Madagascar.
Como fruto del Bicentenario del nacimiento de Don Bosco que recientemente hemos vivido como año de Gracia del Señor, otro de mis sueños para nuestra Familia Salesiana y los amigos de Don Bosco en todo el mundo es justamente éste que fue norma de su vida: llevar en el corazón a los más pobres, y especialmente a los niños y niñas, muchachos, muchachas y jóvenes más necesitados, a quienes menos oportunidades tienen.
Estamos como en una fiesta de bodas, cada día, en el diario desarrollo de nuestras vidas, servicios y misiones. Somos también un entramado de culturas, raíces, historias y nos hace mucho bien celebrar nuestra fraternidad, amistad y comunión porque nos llena de esperanza hacia el futuro de este árbol que continúa dando muchos frutos de vida y santidad.
Quiero hablarles de una fiesta, de una Madre, de una necesidad y de un elemento simple pero esencial.