MENSAJE DEL RECTOR MAYOR
Les deseo un feliz Año Nuevo amigos lectores. Feliz y bendecido año 2022. Estamos en el mes de enero y al final del año se cumplirán cuatrocientos años de la muerte de un gran santo, genial, único en sus tiempos. Se trata de San Francisco de SALES de quienes nosotros, los salesianos de don Bosco llevamos su nombre.
Reciban mi afectuoso saludo amigos lectores. Hoy quisiera transmitirles este mensaje que ven en el título de esta página y del que debo decirles que no soy el autor. Ha sido el Papa Francisco quien, en la Navidad del año pasado, felicitando a las familias de quienes trabajan en la Ciudad del Vaticano, eligió como guía de su mensaje de felicitación esta realidad de la sonrisa, en un tiempo donde no pocas veces está ausente porque también el trato humano y respetuoso está ausente.
A los amigos lectores del Boletín Salesiano, esta revista tan cuidada por Don Bosco, que llevaba en el corazón porque sentía que era el medio para dar a conocer el bien que se hacía en Valdocco, entre sus muchachos, y en otros lugares que intentaban imitar la vida de los primeros años en Valdocco, al igual que los primeros pasos de los salesianos y las hijas de María Auxiliadora en las Misiones de la Patagonia, les dirijo como todos los meses un saludo afectuoso y cordial, al mismo tiempo que les digo que me muevo entre sentimientos enfrentados al escribir este saludo del mes de noviembre.
La pandemia ha cambiado el modo en que nos relacionamos con el mundo, con los otros y con nosotros mismos. Necesitamos reconstruir y renacer con más solidaridad y conciencia para reponernos de una calamidad silenciosa, marcada por el dolor, el confinamiento, el luto, el miedo. ¿Qué cosa haría Don Bosco hoy?