Millones de personas en el mundo son víctimas de trata, sometidas a trabajos forzosos, explotación sexual, servidumbre doméstica, mendicidad infantil, tráfico de órganos, reclutamiento forzoso como niños soldados.
“El tipo de trata de seres humanos más extendido es el que tiene como finalidad la explotación sexual y afecta principalmente a mujeres y niñas. Con unos beneficios estimados de 3.000 millones de dólares al año, este delito es uno de los negocios más lucrativos en Europa… “, afirmó la organización Médicos del Mundo.
¿Qué hay detrás de la trata de personas? La respuesta pareciera simple. El Papa colocó el dedo en la llaga. “Nuestro tiempo ha marcado un crecimiento del individualismo y del egocentrismo, actitudes que tienden a considerar a los demás desde una perspectiva meramente utilitarista, atribuyéndoles valor según criterios de conveniencia y de provecho personal”.
¿Qué debemos saber sobre este crimen que lacera la vida humana? “La trata daña gravemente a la humanidad en su conjunto, lacerando la familia humana y el Cuerpo de Cristo. La trata –prosiguió el Papa – constituye una injustificable violación de la libertad y de la dignidad de las víctimas, dimensiones constitutivas del ser humano querido y creado por Dios. Por ello debe considerarse un crimen contra la humanidad”.
El Papa reveló que “se ha hecho mucho y se está haciendo, pero queda mucho por hacer”. Una frase que encierra lo complejo del fenómeno y la necesidad de trabajar unidos en beneficio de las “víctimas inocentes de la mercantilización de la persona humana, digamos la palabra sin vergüenza, ‘mercantilización de la persona humana’”, ha reafirmado el Papa.
Es sin duda una lucha muy difícil pero “dignas de admiración las numerosas iniciativas que desempeñan en línea del frente para prevenir el tráfico, proteger a los sobrevivientes y perseguir a los culpables”.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible proponen para el 2030 “la erradicación de los trabajos forzados, la esclavitud moderna, y el tráfico de las personas”. Presentando la figura de Santa Josefina Bakhita, el Papa manifestó su preocupación afirmando que la trata es un “fenómeno tan complejo pero queda mucho por hacer” y hablando directamente a las religiosas presentes les dijo “es riesgoso, pero hay que seguir adelante”.