Venukumari, Sowmya, Akshita, Anjali, Venukumari, Swapna, Savihta… estuvieron a punto de engrosar la lista del matrimonio infantil en India.
Venukumari es una niña india que hoy es feliz porque no tiene que ir al mercado a trabajar y sobre todo porque hoy puede ir al colegio, aprender y jugar con sus amigas. Su historia viene marcada por la pobreza. Desde pequeña tuvo que dejar la escuela porque sus padres no podían pagar. Además, era una de las personas que ayudaba al sustento familiar. Sin embargo, las cosas siempre pueden ir a peor: sus padres decidieron casarla.
No había cumplido los 15 años, pero pensaron que el matrimonio sería lo mejor para ella. Venukumari no tuvo voz, ni voto. El día de la ceremonia un grupo del “Movimiento de Acción por el Derecho a la Educación de los Niños” (CREAM, en sus siglas en inglés) apareció e interrumpió el matrimonio. Venukumari es una de las miles de niñas que fue obligada a casarse antes de cumplir su mayoría de edad.
CREAM es un programa puesto en marcha por la ONG salesiana de Bangalore (BREADS) que trabaja para que los derechos de los niños y niñas se conozcan y se respeten. Entre sus objetivos es acabar con la práctica de los matrimonios infantiles.
La india es uno de muchos países donde el matrimonio infantil está aumentando. Cada año 10 millones de niñas se casan antes de los 18 años. La práctica es más común en África, el Medio Oriente y el sur de Asia. “La niña se casa y pasa a vivir con la familia del esposo. No se le permite ir a la escuela a educarse. Tan pronto alcanza la pubertad se espera que tenga hijos”, afirma la CBN. El Programa “CREAM” salva niñas de los matrimonios forzados.