¿Qué te hace feliz como voluntario?
Ver a los niños sonriendo a mi alrededor es la alegría más increíble. Las sonrisas de los niños pueden ser más brillantes cuando ven a un extraño viviendo con ellos y pasando tiempo con ellos sin dudarlo.
¿Cuál fue el principal desafío como voluntario misionero?
El mayor reto que tuve que afrontar fue la vida sin electricidad. La única fuente de electricidad se basaba en un pequeño generador de agua en un arroyo, que se averió con las fuertes lluvias. Tuve que aprender a cocinar yo mismo y a ajustar el fuego para no estropearlo.
¿Cómo te afectó esta experiencia personalmente?
No creo que un mes que he estado con estos jóvenes pudiera haber cambiado totalmente sus vidas, pero ciertamente tuvo un impacto en las pequeñas cosas. Tal vez ahora los padres de estos niños los animen a ir a la escuela y así salir del círculo de la pobreza. Creo que puedo usar mis conocimientos para tener un impacto no solo en la aldea donde me ofrecí como voluntario, sino también en mi comunidad.
¿Cuál es su mensaje para otros jóvenes?
Debemos aprender de la gran pasión de Don Bosco. Con Don Bosco no te sientes solo, porque hay miles de personas que tienen el mismo pensamiento, la misma manera de hacer las cosas, de estar juntos y de trabajar por los jovenes.
Fuente: AustraLasia