En poco tiempo se encontrará trabajando pastoralmente como Obispo Auxiliar de Santiago de Chile. ¿Nos puede narrar los momentos decisivos en el conjunto de su nombramiento?
Es una designación que me ha tomado de sorpresa. Fui llamado por la Congregación para los Obispos y me entregaron el nombramiento y no me preguntaron si estaba de acuerdo o si debía reflexionar. Era un nombramiento de hecho. Por la tarde recibí la llamada del Santo Padre y me dijo: “Te espero en mi oficina para hablar contigo”.
¿Cómo fue el primer encuentro con el Santo Padre?
Ha sido significativa su acogida, profunda su humanidad y sincera su paternidad. Dentro de mi había muchas resistencias y le hice presente al Santo Padre las dificultades en aceptar el nombramiento. Me escuchó y me dijo: «Mira, aceptar este nombramiento hoy es de inconscientes. Si me lo hubiesen propuesto no se si lo hubiese aceptado». - En aquel momento me sentí alentado y pensé que el Papa había entendido mis motivaciones, pero después me dijo: «Te pido que aceptes esta elección de inconsciente y no lo hagas por mí sino por la Iglesia» - Con la forma como me lo dijo se derrumbaron mis motivaciones personales.
La Iglesia en Chile vive una situación delicada ¿Cuáles son las características de un Obispo para reconquistar la confianza del pueblo?
Mi primera misión es colaborar y apoyar el trabajo del Administrador. Es verdad que se ha creado un clima de desconfianza institucional, pero yo creo mucho en la religiosidad del pueblo chileno y en la Iglesia de Santiago. La gente confía en Dios… Es una Iglesia popular pero profunda. Creo que debemos vivir una fe junto con ellos para que mi fe sea creíble y autentica. Nosotros debemos caminar con ellos. Y, por otra parte, creo que debemos asumir un sentido de gran responsabilidad en el anti-testimonio que hemos dado, sobre todo como iglesia institucional… Debemos responder al dolor y al grito de tantas victimas que han sufrido el daño del abuso de conciencia, de poder, el abuso sexual y caminar junto a ellos. Verlos como hermanos que han sufrido… y darle una respuesta profunda.
¿Cómo vivirá su misión como salesiano?
Sabiendo lo que nos pedía Don Bosco: Dios está al centro de nuestra misión. Y ciertamente, viviendo el Sistema Preventivo que es un sistema que previene del mal y que ofrece esperanza.
La entrevista completa la puede ver en ANSChannel