Salí de la República Democrática del Congo el 25 de agosto de 2017 y el 24 de septiembre recibí la Cruz Misionera en la Basílica de María Auxiliadora de Turín. El 21 de diciembre de 2017, llegué a Alicante, España. Después de pasar 10 meses y unos días en la comunidad salesiana de El Campello, provincia de Alicante, el 29 de octubre de 2018 el superior me envió a la comunidad salesiana de Alcoy, otro municipio de la misma provincia.
La obra salesiana de Alcoy incluye dos institutos educativos, una parroquia, un santuario, un centro juvenil, el Movimiento Scout, una Plataforma Social para jóvenes necesitados y varios otros grupos de la Familia Salesiana.
El Señor continúa amando a la humanidad que ha creado y querido. Como salesiano, me siento envuelto en esta ternura de Dios de una manera especial. Esta carga de amor exige ser "derramada" a nuestro alrededor y requiere una respuesta exigente de fidelidad.
¿Y qué otra respuesta podría ser más hermosa que la fidelidad al decir sí a la llamada misionera? Esta es una de nuestras motivaciones misioneras.
Como dijo el P. Pascual Chávez Villanueva: "En un momento en que en Europa las vocaciones disminuyen y los desafíos de la evangelización aumentan, la Congregación Salesiana debe estar atenta a fortalecer la propuesta cristiana, la presencia de la Iglesia y el carisma de Don Bosco en este continente. Así como Europa ha sido generosa en el envío de muchos misioneros a todo el mundo, ahora toda la Congregación, dirigiéndose en particular a las regiones ricas en vocaciones, debería estar disponible para ello".
La vida misionera nos reserva muchas alegrías.
Pero hablar de vida misionera significa sobre todo referirse a esos momentos en los que uno se mueve, se deja llevar por los demás, cuando se va al encuentro de personas nuevas. Con algunas personas es más simple, con otras es más difícil.
Lo importante es atreverse a salir al encuentro del prójimo y contar con la ayuda de Dios.
Fuente: ACC News
