Desde 2018 vive una "experiencia misionera" en Palabek. ¿Qué le impulsó a escribir la carta de disponibilidad para las misiones al Rector Mayor?
Inmediatamente después de mi ordenación, mi Inspector en ese momento me pidió que fuera a servir a Palabek. Allí pude encontrar a Jesús en los jóvenes más pobres y vulnerables, experiencia que forjó profundamente mi corazón misionero. Así, decidí definitivamente abrir mi corazón a la misión permanente: Ad gentes, Ad exteros y Ad vitam.
¿Cómo tomaron las personas cercanas a Ud. la opción misionera?
Sinceramente, fue muy difícil, porque para todos existía el sentimiento de una profunda separación. Fue un momento delicado, emocional y psicológicamente. Al final, sin embargo, algunos han podido comprenderla como la voluntad de Dios, mientras que otros todavía necesitan tiempo para entender esto. Pero esperamos que algún día ellos también lo entiendan.
¿Cómo se está preparando para ser misionero en Venezuela? ¿Está contento con el lugar al que va? ¿Tienes algún temor o duda sobre el nuevo lugar, la cultura y su gente?
Estoy tratando de preparar mi corazón. Olvidar la experiencia vivida en Palabek seguramente llevará algún tiempo, porque allí viví mis primeros años como sacerdote. Y eso significa mucho para mí y para mi joven sacerdocio. Tengo una especie de sentimientos opuestos: felicidad y tristeza. Feliz, porque haré realidad mi deseo y mi sueño, pero también triste, porque dejo personas que me quieren de verdad, una comunidad salesiana en Palabek que me ha reservado un lugar en su corazón. Con respecto a mi nueva misión en Venezuela, después de recibir algunas noticias de varias personas y leer algunos artículos en la red, estoy un poco nervioso por dentro, ansioso por entender si lo lograré o no. Espero que con la ayuda de María Auxiliadora todo vaya bien.
¿Tiene en mente algún modelo de gran misionero cuyo estilo de vida quiera seguir?
Durante mi tirocinio, aprendí la historia de un misionero coreano en mi tierra de misión, el Padre John Lee Tae-Seok. Ver todo lo que dejó en el corazón de los jóvenes en tan poco tiempo de su vida fue ciertamente algo que desafió de manera clara y decisiva mi voluntad de dedicarme a Dios y a los pobres.
¿Qué mensaje quiere enviar a los jóvenes sobre la vocación misionera?
No tengan miedo. Nadie es perfecto y siempre hay lugar para la gracia de Dios en nuestra vida. Dios quiere que, tal como somos, llevemos su amor a todo el mundo.