¿Qué le impulsó a escribir al Rector Mayor la carta de disponibilidad para ir a las misiones?
Después de una experiencia de tirocinio de dos años en un contexto misionero, en el norte de África, descubrí la riqueza de la vida misionera y el abandono total en Dios, y sobre todo la pasión en el anuncio de la Buena Nueva a los demás. Esta experiencia también me permitió profundizar y meditar sobre los testimonios de una vida sobria y dedicada al prójimo que realizan los misioneros que trabajan en mi país.
¿Cómo le ha ayudado su tirocinio a discernir la vocación misionera?
Esa experiencia fue el fundamento del discernimiento de mi vocación misionera. Pude descubrir que Cristo puede ser vivido y testimoniado en todas partes, incluso en países con una minoría cristiana y también pude purificar muchos de mis prejuicios.
El Beato y próximo San Zatti fue un gran evangelizador, lleno de espíritu misionero. ¿Esta característica a Ud. le apasiona?
Es una gracia inmensa que nuestro envío misionero coincida con la canonización de un salesiano lleno de celo misionero, que supo evangelizar con toda su vida cotidiana y con el servicio de su profesión de enfermero. Como él, también yo me siento apasionado por el mismo deseo de evangelizar a las personas a las que seré enviado gracias a mi testimonio de vida cotidiana.
¿Tiene algún miedo o duda sobre su próximo destino, o sobre esa cultura y la gente? ¿Cómo se está preparando para ser misionero en Albania?
Es normal tener miedos y quizás hasta prejuicios al ir a un lugar nuevo. Personalmente, no diría que tengo miedo o temor, quizás algunas dudas sobre el nuevo entorno y su cultura. Pero lo más importante es estar abiertos a recibir a los demás y también dispuestos a ser recibidos, contando con la gracia de Dios.
¿Tiene en mente algún modelo de gran misionero cuyo estilo de vida quiere seguir?
Yo diría que tengo muchos modelos de misioneros, personas que han sabido entregarse totalmente a su misión; pero también es cierto que cada uno tiene su propio estilo. Por supuesto, esto no me impedirá tomar tal o cual aspecto de los misioneros que encontré en mi camino vocacional. Entretanto para mi, Don Bosco sigue siendo el modelo por excelencia, porque siempre ha sido un misionero incansable.
¿Qué mensaje quiere enviar a los jóvenes sobre la vocación misionera?
Quisiera decirles que la vocación misionera es un don de uno mismo a los demás: cada vez que hacemos el bien a los demás, cada vez que hacemos feliz a alguien, estamos realizando un acto misionero y por eso nunca debemos tener miedo ni temor de ir al encuentro de los demás, de hacerlos felices o de darles una mano.