¿Qué le impulsó a seguir a Don Bosco como salesiano?
En la Iglesia reconocemos a los santos y cada uno tiene su manera particular de vivir la santidad; todos somos una variedad infinita de vidas en el único Dios todopoderoso. Para mí, cuando miro hacia atrás en mi camino vocacional, siento que Don Bosco es un santo cuya vida y vocación son las más cercanas a mí. Hay dos puntos en particular que me atraen: su personalidad única, que me inspira a vivir humana y fuertemente por los jóvenes. De circunstancias difíciles, Juan Bosco creció con una voluntad fuerte, cuyas energías utilizó para hacer realidad su sueño de convertirse en sacerdote y luego en educador de jóvenes pobres. Además, me dio otra lección de su pasión por la gloria de Dios y la salvación de las almas, con su lema Da mihi animas, y por esta decisión su vida estuvo llena de santidad y energía.
¿Por qué se siente feliz como salesiano de Don Bosco?
Cuando le preguntamos a alguien qué lo hace feliz, podemos obtener muchas respuestas diferentes y únicas. Hablamos aquí de la felicidad "como salesiano", es decir: la felicidad de nuestra vocación de "ser pastor y educador de los jóvenes".
Para mí, hay dos características que sobresalen en el rostro de Don Bosco, que me atraen y me motivan. Primero: el gozo y la disponibilidad de un descubridor que acepta con gusto el plan de Dios para él. Segundo: la santidad vivida con un profundo toque humano. Estos rasgos me ayudan a ser feliz viviendo la vida consagrada salesiana.
Ud. sirvió durante 14 años en Italia. ¿Qué ha aprendido en este lapso de tiempo?
Pasé mucho tiempo en Italia, primero como aprendiz, después como estudiante de teología y luego completando programas de estudios adicionales (2000-2014). Las experiencias en cualquiera de estos períodos de formación en el extranjero pueden dejar impresiones tanto positivas como negativas. Sin embargo, lo que he aprendido como experiencia enriquecedora en mi vida salesiana es la confianza y la entrega a Dios en todas las circunstancias. En Italia entendí que las dificultades pueden ser buenas oportunidades de formación, y ahora sé cómo salir de las dificultades para vivir con cierto optimismo. Además, pude adquirir una actitud de amplitud mental, al aceptar las diferencias, en la integración cultural y en el intercambio de la espiritualidad salesiana con cohermanos de orígenes muy diferentes.
Ud. fue un formador. ¿Cuáles fueron los desafíos en esta misión y cómo los superó?
A menudo me han dicho que es necesario actuar de acuerdo con la naturaleza de ellos: agere sequitur esse. El gran desafío para mí, que a veces es difícil de superar, es cómo armonizar lo que "soy" y lo que "hago". Es decir, el testimonio de una vida digna de vocación, una vida que es ejemplo de sacrificio, escucha, servicio, comunión, comprensión, construcción de una relación justa y positiva con los jóvenes salesianos en formación.
Poco a poco descubrí que cuando no amo suficientemente a mis hermanos, no tengo la iniciativa de servirlos y acompañarlos. En otras palabras, para superar las dificultades descritas anteriormente, en mi opinión la mejor y más válida forma es aprender a amar y esforzarse en ser amado.
¿Cuál es su sueño al comienzo de su mandato como Inspector de Vietnam-Mongolia?
"Sueño" es la palabra clave que el Papa Francisco dejó a todos los salesianos reunidos en el 28º Capítulo General y ahora también lo es para mí, desde el momento en que se me confió esta tarea: "vivir" con los jóvenes, "animar" y “gobernar” a mis cohermanos y la misión en la Inspectoría VIE.
Sin embargo, otra cosa importante que se esconde dentro de este sueño es cómo puedo despertar en mis hermanos el deseo de servir a los jóvenes con todo su corazón y ayudar a los muchachos a soñar su vida.
Espero que nuestra Inspectoría siga creciendo en la misión dada por Don Bosco; servir a los jóvenes en la espiritualidad salesiana. Este sueño se puede realizar paso a paso, con un plan operativo que se alinee con la realidad y visión de la misión en nuestra Inspectoría.
La Inspectoría VIE tiene hoy 38 comunidades y más de 350 salesianos profesos, a los que se suman otros 120 salesianos vietnamitas misioneros "ad gentes" en más de 40 Inspectorías en los cinco continentes.