Don Javier, ¿qué actividades se realizaron este año con motivo de la festividad?
Para motivar los feligreses al encuentro con el Sagrado Corazón de Jesús, en los días previos a la fiesta, al final de cada Misa en la Basílica, hemos rezado la oración al Sagrado Corazón; se realizó también la novena a cargo de los miembros de la Asociación de María Auxiliadora (ADMA) y la preparación de las personas que quisieron consagrarse al Sagrado Corazón.
¿Qué es lo que más le llamó la atención de la homilía del Rector Mayor?
El recuerdo de todos los esfuerzos de Don Bosco para construir esta hermosa basílica, por amor y devoción al Sagrado Corazón, para cumplir con el deseo del Papa y establecer un hogar para los niños más pobres en Roma.
¿La celebración de este año fue diferente a la de años anteriores?
El año pasado hubo menos personas debido a la cuarentena. Este año se han despertado los sentimientos y creencias religiosas de nuestro pueblo. La gente todavía anhela la procesión por las calles de la parroquia como lo hacía antes de la pandemia. Esperamos poder hacerlo, si Dios quiere, el próximo año.
Don Guido, ¿qué significa la fiesta del Sagrado Corazón para un salesiano?
Significa redescubrir las fuentes del amor de Dios sobre todo redescubriendo las riquezas del amor de Dios en san Francisco de Sales. Nos invita a ser imágenes de ternura acogedora, cordial, sonriente, de la presencia de Jesús, amigo y misericordioso.
¿Y qué significa ser párroco de una basílica construida por el mismo Don Bosco?
Adquiere un significado particular. Este es uno de los lugares más significativos de la “Tierra Santa” salesiana: Colle Don Bosco, donde nació Don Bosco; Valdocco, en Turín, donde Don Bosco inició su Obra; y aquí en Roma, sede de Pedro, donde Don Bosco concluyó y comprendió idealmente toda su vocación y misión a favor de los jóvenes: “A su debido tiempo comprenderás todo”, le dijo Nuestra Señora en el sueño a los nueve años.
No olvidemos que Don Bosco aceptó el encargo de construir la Basílica pidiendo al Papa un terreno para sus hijos. Por ello, invocamos al Señor para que la parroquia adquiera un carácter cada vez más joven, alegre y rezamos por los jóvenes del mundo, una verdadera "Tierra Santa Salesiana", para que puedan degustar y vivir el amor de Jesús, que quiere para todos una vida plena y gozosa.