Ya se conocen muchas causas: el divorcio de los padres, la falta de educación, el fenómeno de los "niños brujos", el abuso de los familiares, la pobreza, las malas compañías.... Pero cuando la familia pierde su verdadera función, la calle los acoge con los brazos abiertos.
El camino es inapropiado para ellos. No adquieren la educación que deberían recibir, sino que están expuestos a los antivalores. Sin embargo, el camino vale la pena para muchos de estos niños. Todos los niños que llegan allí encuentran una buena acogida, a pesar de los comienzos normalmente difíciles y atormentados. Una vez que entran en esa realidad ya no quieren salir y se les hace muy difícil. Mucha gente se compadece de ellos y están dispuestos a ayudarlos, pero esa caridad no les ayuda a salir de la calle, al contrario, los estabiliza para siempre.
La situación es peor para las niñas y las chicas, que fácilmente terminan en la prostitución a partir de los 8 años y viven traumas psicológicos y físicos que las marcarán para siempre.
En cuanto a las drogas, casi el 95% de los niños de la calle las consumen. Lo que más nos ha llamado la atención es el consumo de pegamento, como gasolina o lacas. Muchos de ellos siempre andan por ahí con una botella en la mano: es el pegamento que inhalan durante todo el día; niños y niñas, todos juntos. Cuando se les preguntó por qué, la mayoría expresa que deseaban estar más despiertos, que no querían pensar en avergonzarse de tener que mendigar o tener la fuerza para trabajar o enfrentarse a los elementos. Mientras que para las chicas, es principalmente poder aceptar al hombre, sea quien sea, sea cual sea su edad.
La inhalación de pegamento también es adictiva e implica todos los problemas de otras sustancias: incapacidad para controlar su uso, acceso a otras sustancias más fuertes, graves efectos en el cerebro y en los neurotransmisores.
Nunca nos cansaremos de decir: el lugar de un niño es en una familia y no en la calle.
Los Salesianos de la República Democrática del Congo están trabajando denodadamente para dar resolver el problema de los chicos de las calles. Gracias también al apoyo de otras instituciones como “Samu Social Bakania-Ville”, la red salesiana “Opere Mamma Margherita”, se trabaja para encontrar a los niños de la calle, dos noches a la semana, y ofrecerles caminos de recuperación y de reinserción social.