"Don Bosco amaba a todos los jóvenes - comenzó el cardenal - Los amó por el simple hecho de ser jóvenes y estuvo preocupado especialmente por aquellos que estaban abandonados y sin esperanza: es por ellos que fundó a los Salesianos”.
Si Don Bosco hubiera estado presente para “Flame 2017” habría dicho a los jóvenes: “que el amor de Jesús motive a no perder la esperanza. A pesar de lo que pueda suceder a vuestro alrededor mantengan la esperanza, para el presente y para el futuro”.
Pensando en los muchachos que asisten a las Obras Salesianas en el Reino Unido señaló que quien es afortunado “tiene que tener una perspectiva más amplia, tiene que preocuparse por los que no tienen esperanza y oportunidades”, y sugirió: “si es posible, podría hacer voluntariado en los países en desarrollo y estar dispuso a ayudar a otras personas”.
En un discurso inspirador y motivador - e incluso a veces humorístico - el cardenal salesiano habló de las dificultades que experimentó en primera persona para poder practicar su fe bajo un régimen opresor. Hay grandes desafíos que el pueblo de Myanmar tiene que hacer y sobre todo por parte de los católicos por la justicia social. Dio las gracias a las personas de Gran Bretaña por su amistad y por su apoyo, e hizo un llamamiento a “ayudar al país a continuar la peregrinación en busca de la paz”.
Y citando a Don Bosco les dejó un mensaje muy profundo: “En todas partes del mundo las voces de odio son cada vez más fuertes, los jóvenes en particular están llamados para contrarrestar con amor. El odio termina, la esperanza nunca expira. Si alguien está convencido de que su causa es justa, no va a tener miedo de nada. Pon las manos en las manos del Señor y lleva la llama de la esperanza”.