Al llegar, el padre García Morcuende visitó el Youth Dream Center de Seúl, que los salesianos gestionan por encargo de las autoridades de la ciudad. Después de una breve actualización sobre las actividades pastorales del centro, intercambió algunas palabras con los presentes y conversó con el personal, expresando su impresión:
“Este es un lugar de pastoral juvenil importante. Estoy profundamente impresionado por las diversas actividades que responden a las necesidades de los jóvenes, realizadas con la creatividad única de los salesianos. Como sugiere el nombre Dream Center, es evidente que muchos jóvenes aquí se inspiran a soñar, lo cual me llena de alegría”.
La mañana siguiente, el 7 de noviembre, acompañado por el inspector de Corea del Sur, el padre Marcello Baek Kwanghyun, visitó la casa inspectorial de las Hijas de María Auxiliadora (HMA) para celebrar la eucaristía. Cerca de cien hermanas lo recibieron calurosamente, y él ofreció una conferencia sobre la Pastoral Juvenil salesiana. Durante el encuentro, el padre García Morcuende se mostró muy impresionado por la colaboración y el nivel de asociación entre los Salesianos de Don Bosco y las Hijas de María Auxiliadora. Por la tarde, guiado por el inspector, visitó la comunidad de formación de Gwangju. Allí fue acogido con entusiasmo por el padre Bonaventura Kim Sunho, director, y por sus hermanos de la comunidad de Shinandong. Allí, también ofreció reflexiones sobre la Pastoral Juvenil y mantuvo diálogos fraternos.
El 8 de noviembre, el padre García Morcuende visitó la comunidad de la Escuela Superior Salesiana de Ilgok-dong, cerca de la comunidad de formación de Shinandong. Esta escuela, fundada hace setenta años como la primera presencia salesiana en Corea del Sur, representa un capítulo significativo de la historia salesiana coreana. Fue recibido por el director, el padre Peter Parj Jiyoung, junto con el personal de la escuela. Participó en un encuentro informativo sobre las actividades, una sesión de preguntas y respuestas, y momentos de intercambio.
De regreso a Seúl la noche del 8 de noviembre, para liderar el encuentro de los delegados de la Pastoral Juvenil de la AEO en la Casa Inspectorial, partió hacia Roma la noche del 12 de noviembre.
Aunque dedicó la mayor parte de su tiempo al encuentro de los delegados, durante su estancia de una semana en Corea del Sur, el padre García encontró la oportunidad de reunirse con los hermanos coreanos y visitar las comunidades, donde compartió perspectivas interesantes.
Destacó su aprecio por la amplia gama de actividades de Pastoral Juvenil emprendidas por la inspectoría coreana, señalando que esta diversidad enriquece notablemente la vida de la inspectoría. También expresó admiración por la profunda comprensión de su misión por parte de los colaboradores laicos y el respeto al carisma salesiano, subrayando que los colaboradores laicos bien preparados son clave para el futuro de la misión salesiana.
El padre García Morcuende también ofreció consejos sobre la preparación de la Jornada Mundial de la Juventud del 2027:
“Mantener una buena colaboración con la diócesis es esencial. Sé que uno de sus miembros está profundamente involucrado en el comité diocesano, lo cual es una fortuna para nosotros. Es necesario un gran plan para recibir bien a los huéspedes y ofrecer servicios adecuados como transporte y alojamiento. Muchas naciones invierten mucho tiempo en participar en un evento tan importante, por lo que es fundamental comunicar con antelación. En particular, debemos organizarnos bien a nivel regional, ya que habrá muchos jóvenes provenientes del este de Asia”.
Y añadió:
“Es momento de prestar mayor atención a las formas invisibles de pobreza —la privación emocional, relacional y familiar— que parecen estar muy presentes en la sociedad coreana, especialmente entre los jóvenes. En este sentido, felicito los esfuerzos realizados por la inspectoría al establecer centros de asesoramiento y comunicación para enfrentar estos nuevos desafíos para los jóvenes”.
También exhortó a la Inspectoría a dedicar más recursos a la pastoral con los trabajadores migrantes, afirmando:
“El fenómeno de los trabajadores migrantes es inevitable en Corea, donde las tasas de natalidad son las más bajas del mundo. Descuidar la atención pastoral en este ámbito sería una gran pérdida. En momentos como este, se necesita discernimiento y valentía para establecer una dirección correcta en la pastoral, y este es el momento de tomar decisiones sobre el apoyo pastoral para los trabajadores migrantes”.
El Consejero General compartió finalmente un mensaje para los grupos de la Familia Salesiana y los jóvenes:
“Espero que cada grupo escuche más de cerca las voces y necesidades de los jóvenes, creando espacios dentro de sí mismos para su presencia y compromiso. A nivel global, no solo las congregaciones religiosas, sino también los grupos laicos, como los Salesianos Cooperadores o el Movimiento Juvenil Salesiano, están enfrentando dificultades para atraer y retener a los jóvenes miembros, y tengo entendido que Corea no es una excepción. Animo a cada grupo a superar estos desafíos de una manera que se adapte al contexto local e invite a los jóvenes a participar, dándoles a conocer el carisma de Don Bosco”.
