Pese a los años transcurridos, “lo más probable es que, si Dios quiere, me quede en la isla un tiempo más, porque me pidieron seguir ocupándome de la pastoral de jóvenes de la diócesis en donde tenemos muchos proyectos”.
La pastoral de jóvenes obtuvo un ‘servicio diocesano’: “Esto significa que se tendrá un presupuesto y el apoyo de un equipo de personas. Es un reconocimiento al trabajo que se ha hecho durante este tiempos”, agregó.
Cuenta que dentro de las cosas difíciles es conseguir dinero para hacer funcionar los colegios: “Hemos pedido durante muchos años que nuestra escuela, que es privada, sea financiada por el gobierno pero nunca han querido”, expresó el misionero.
La escuela en la que es director imparte las especialidades de mecánica automotriz, mantención industrial automatizada, automatismo hidráulico-neumático, pastelería, electrónica aplicada a sistemas domésticos y soldadura. Además, imparte cursos de capacitación para empresas. Este año se capacitará como astilleros navales y en soldadura especializada a trabajadores de una compañía naval dedicada a la reparación barcos.
El colegio en la isla también realiza múltiples servicios a la comunidad: “Ayudamos a un colegio técnico salesiano en Madagascar a rehacer todos sus programas de estudio, apoyamos a los policías a crear el primer centro de reeducación, y también aportamos en un orfelinato católico para crear una pedagogía especializada”.
Las tres escuelas salesianas en la isla deberán enfrentar este año cambios sustantivos a los que habrá que adaptarse como “las modificaciones en la estructura de funcionamiento de los colegios y los programa de formación”.
P. Heriberto Cabrera, además, imparte clases a los salesianos en formación, y en un Programa de doctorado en Pastoral.