En una entrevista respondió con gusto a las preguntas sobre la epidemia de coronavirus, el tratamiento, la cuarentena y mencionó algunas nuevas formas de trabajo educativo-pastoral.
En la primera parte de la entrevista explicó la naturaleza, el comportamiento y la investigación sobre la mutación de los diversos virus que han acompañado a la humanidad desde sus comienzos. Luego aclaró lo que ya se sabe sobre el nuevo virus del SARS CoV2, cómo invade y se comporta dentro de los órganos respiratorios. Con argumentos científicos médicos rechazó varias teorías de conspiración.
Subrayó la verdadera y correcta necesidad de comunicación de los enfermos con sus familias y vecinos, ya que los enfermos están aislados y a menudo en coma y no pueden comunicarse por sí mismos. Ciertamente estos son los momentos más difíciles, cuando uno tiene que comunicar la gravedad o la muerte del enfermo.
En una segunda parte, sobre los cambios sociales, sobre la cuestión del cierre de iglesias; respondió que para salvar vidas esto era esencial. Citó las situaciones del norte de Italia, España y Estados Unidos que mostraron claramente lo que puede suceder cuando el sistema de salud está en sus límites. Todos podemos estar agradecidos por cada vida salvada.
Con gran cautela esperamos una normalización parcial de la situación: la liturgia y los ritos eclesiásticos con suficiente seguridad, sin contacto directo.
Como exalumno salesiano, al final, desde su punto de vista profesional, dio algunos consejos y propuestas para el desarrollo pastoral a los miembros de la Familia Salesiana: “Estamos pasando por momentos difíciles en los que necesitamos especialmente vuestra ayuda y apoyo. A los jóvenes les puede resultar más difícil adoptar estas restricciones y probablemente más difícil de entender, porque las relaciones sociales son una parte importante de su desarrollo personal”.
En las próximas semanas, es probable que las restricciones “estrictas” para limitar el contacto físico se vayan aflojando gradualmente. Debido a que el clima de verano predice que la propagación del SARS CoV2 disminuirá, podríamos organizar una forma “a medida2 de ejercicios espirituales y oratorios de verano, especialmente la parte donde se socializa al aire libre, y que no se tengan contactos directos. Propone que se piense en adaptar los programas en esta dirección.
Y al final concluye que el verano es seguido por el otoño. Todavía se puede esperar desarrollar algunos medicamentos o vacunas para aliviar el Covid-19, y que la enfermedad no comprometa el sistema de salud. Si esto no ocurre para el otoño (o incluso más tiempo), desafortunadamente se pueden esperar las mismas o incluso restricciones estrictas, ya que el tiempo será muy largo hasta abril de 2021.