El decano de la Facultad de Teología, Gonzalo Tejerina, ha querido agradecer expresamente al obispo de Ávila su continuo apoyo y la confianza depositada en la Facultad para la formación de los sacerdotes y seminaristas de la diócesis abulense, así como la presencia de destacados profesores del clero en la Facultad. El Secretario Especial ha desarrollado su conferencia “a partir del compromiso de la Iglesia a colaborar en la alegría de los jóvenes, más que intentar apoderarse de su fe” en cinco puntos: el mensaje del Concilio Vaticano II a los jóvenes; el clima cultural en la Europa de hoy; el desafío que los jóvenes plantean a la Iglesia; la ambivalencia del mundo digital y la gran ocasión para la Iglesia de apropiarse de un auténtico dinamismo juvenil.
Respecto al Concilio Vaticano II, Sala ha indicado que los cuatro años del Concilio se han sometido a una impresionante reforma de vida de la Iglesia, “y ha sido un trabajo de liberación de lo superfluo orientado al retorno a la esencialidad del Evangelio”. Además, para el salesiano, “la Iglesia es la verdadera juventud del mundo, en cuanto que porta a Cristo y le impone un estilo y un modo de proceder muy exigente”.
Sobre la nueva secularización en el contexto europeo, Rossano Sala se ha referido a la pastoralidad, entendida como el vínculo entre los destinatarios del mensaje y la acción de Dios por medio de su Iglesia. Un tiempo caracterizado por cuatro aspectos: la nostalgia espiritual, pues “la búsqueda del sentido de la vida a nivel espiritual está vivo y la fe puede ser una respuesta auténtica a esta nostalgia”; una parálisis en la toma de decisiones, ya que “parece que solo se hacen elecciones de pequeño calado”, la incertidumbre ante lo verdadero, “donde solo la contemplación puede sobrevivir al bombardeo comunicativo”, y la desilusión institucional “de la que no se espera más que la custodia de los derechos individuales”.
Ante los desafíos que las nuevas generaciones plantean a la Iglesia, y de los que se hablará en la Asamblea, Rossano Sala ha desarrollado su interpretación personal respecto a las preguntas dirigidas a los jóvenes a través de las Conferencias Episcopales. “Muchos jóvenes no piden nada a la Iglesia. Piden que les dejen en paz y no les importune”. Otros señalan que “la Iglesia termine, por lo que es honesto reconocer que en algunos contextos es insignificante, e incluso fastidiosa e irritante”. También se ha referido a la opinión de los jóvenes sobre la Iglesia “como institución que debería brillar por su honestidad, así como la falta de preparación de los ministros y la desafección con ellos, respecto su forma de vida”.
Otro de los puntos críticos es “la pasividad de los jóvenes en la Iglesia, porque se sienten muchas veces utilizados y no valorados”, así como “la incapacidad de la Iglesia de seguir el ritmo del mundo contemporáneo”. Piden una Iglesia de la escucha y de la atención, “que pase de la humillación a la humildad, del individualismo a la comunión y de la exterioridad a la interioridad. Una Iglesia menos institucional y más relacional, donde se escuche sin juzgar”.
El Secretario Especial ha considerado importante también estar presente en las redes sociales, “como instrumento útil e indispensable para la evangelización de los jóvenes”. Rossano Sala concluyó su intervención destacando como desafío para la Iglesia “la necesidad de adquirir un renovado dinamismo juvenil”.