Las dos primeras ceremonias en honor del Sagrado Corazón, con la presencia de Margarita María de Alacoque, tuvieron lugar en 1685 y luego en junio de 1686.
En 1856, con el Papa Pío IX, la fiesta del Sagrado Corazón se hizo universal para toda la Iglesia Católica.
Don Bosco era particularmente devoto del Sagrado Corazón, tanto que, a pesar de su edad y su poca salud, aceptó la petición de León XIII de construir una iglesia en Roma en honor al Sagrado Corazón de Jesús.