Benedicto XV dedicó el motu proprio Bonum Sane a San José.
Pío XII instituyó la fiesta de San José, el Artesano, el 1 de mayo, y Juan XXIII lo nombró patrón del Concilio Vaticano II.
Juan Pablo II dedicó la Exhortación Apostólica Redemptoris Custos (Llamado a ser el Custodio del Redentor) a San José, mientras que Benedicto XVI subrayó repetidamente la excelencia de sus virtudes.
Y ¿Papa Francisco? Él escribe: “Yo quiero mucho a San José. Y tengo en mi escritorio una imagen de San José durmiendo. Y durmiendo cuida a la Iglesia. Sí, puede hacerlo. Nosotros no. Y cuando tengo un problema, una dificultad, yo escribo un papelito y lo pongo debajo de San José para que lo sueñe. Esto significa para que rece por ese problema”.