El Curatorium es una reunión para dar seguimiento y profundizar las fases formativas de los Hermanos Salesianos en Formación. Los objetivos del Curatorium incluyen escuchar a formadores y a los jóvenes salesianos en formación sobre su experiencia desde las cuatro dimensiones fundamentales de la propuesta formativa (humana, intelectual, espiritual y pastoral-apostólica); revisar y evaluar el desarrollo del Proyecto Formativo CRESCO; analizar los aspectos administrativos y financieros de esta experiencia, con la aprobación del presupuesto para el próximo año; y ofrecer recomendaciones que contribuyen a la vivencia de esta experiencia formativa. Aunque tiene una agenda comprometida, la reunión tiene lugar en un clima de familiaridad salesiana, libertad y amor por la Congregación.
El CRESCO ofrece al Salesiano Coadjutor, después de realizar el tirocinio, una experiencia comunitaria interinspectorial que, junto con una adecuada formación Teológico-Pastoral y salesiana, y la vivencia compartida, busca consolidar su identidad vocacional y enriquecer su formación inicial con miras al trabajo educativo-pastoral y preparación a los votos perpetuos. Es aquí donde las Inspectorías brindan al Salesiano Coadjutor la oportunidad de prepararse en su vocación específica como consagrado laico, así como los Salesianos aspirantes al sacerdocio se preparan en el Teologado para su ministerio.
Los diez Salesianos Coadjutores que iniciaron su experiencia formativa durante este año provienen de diversos países, lo que da al grupo una gran riqueza humana, cultural y espiritual. Ellos son: Alexander Domínguez (Rep.Dominicana), Andrés Leopoldo Gómez (Colombia), Diego Haro (Ecuador), Dorians Chávez (El Salvador), Julián Arroyo, Luciano Barberis, Stefan Crescia (Argentina), Rafael Vargas (EE.UU.), Roldán López (México), Vitor Aladic De Melo (Brasil). Acompañados por tres formadores P. Horacio Barbieri (Dt)., Hno. José Iván Vega (Cs) y Hno. Manoel Da Silva (Ec).
Don Bosco ha concebido la figura del coadjutor como un salesiano plenamente inserto en la comunidad religiosa y partícipe de su misión. “la identidad del salesiano coadjutor gira en torno a dos polos – afirmaba A. Bozzolo –. El primero es la peculiaridad del carisma apostólico-educativo en una existencia de radical seguimiento del Señor: el hábitat en el que es llamado a vivir; el segundo es la figura de trabajo profesional en el que expresa de modo emblemático su aportación laical, con sensibilidad y acento que son diversos de las de un sacerdote”.
