Según un informe de UNICEF, ha declarado que de un tercio de civiles muertos, existen 3 mil muertos en el país son niños. Pero la realidad es mucho peor: en el último año han muerto al menos 10 mil niños menores de cinco años por causa de enfermedades fácilmente tratables, debido al agotamiento de las vacunas y la falta de atención médica adecuada.
De las demás cifras de las Naciones Unidas se estima que existen al menos 320 mil niños “severamente desnutridos”. Los servicios básicos y la infraestructura están “al borde del colapso total”. El año 2015, al menos 63 centros de salud han sido objeto de ataques y tres fueron ocupados con fines militares.
A menudo los niños no pueden ni siquiera ir a la escuela, porque ellos también son blanco de ataques “directos”. Otros centros han sido ocupados por los combatientes y cerca de 1600 escuelas están cerradas por razones de seguridad o porque han sido dañadas. Otras escuelas están para alojar una parte de los 2,4 millones de desplazados internos por el conflicto.
Por último, se tuvo 848 casos de niños que participan en el conflicto, algunos de los cuales tenían menos de 10 años.
Mientras tanto, el destino de Padre Tom Uzhunnalil, según el Mons. Paul Hinder, Vicario Apostólico de Arabia del Sur, “no hay nuevas noticias” y en este contexto vale el dicho italiano “nessuna nuova, buona nuova” (Ninguna noticia es buena noticia) por ello debemos seguir “esperando y rezando”.
Fuente: AsiaNews