“El 23 de enero de 1958 es una fecha histórica para todos los venezolanos. Es un signo inspirador del triunfo de la racionalidad social ante el abuso del poder; de la unidad del pueblo que se hallaba débil ante la desarticulación de un régimen de atropellos, de corrupción y de represión que encubría dentro de sí todos los males que un gobierno autoritario puede tener", así es como comienza el mensaje de la Conferencia Episcopal de Venezuela (CEV).
Lamentablemente, el deterioro de la vida democrática por factores conocidos por todos abrió las puertas a que se fuera introduciendo un régimen de gobierno en el que muchos cifraron sus esperanzas, pero que, a la postre ha resultado contrario a los principios de la ética social y al respeto de la dignidad humana. Hoy nos encontramos nuevamente con otro 23 de enero,...ante esta realidad que la hemos calificado de tragedia nacional, el pueblo pide un cambio que pasa por un período de transición hasta elegir nuevas autoridades nacionales.
El mensaje describe luego la situación actual del país: “Las marchas organizadas para este 23 de enero, en todo el territorio nacional, constituyen un signo de esperanza, algo nuevo que está comenzando a generarse en nuestro país. Los Venezolanos no podemos ser simples espectadores de lo que sucede en el país”.
Los Obispos, al final, llaman a la reflexión: “El 23 de enero debe ser, además, un día de reflexión y oración. Somos un pueblo creyente y orante. Pedimos a la Santísima Virgen de Coromoto, patrona de Venezuela, que cuide a cada venezolano, a las familias, en su búsqueda de bienestar y libertad”. El mensaje, fechado el 22 de enero, está firmado por Mons. José Luis Azuaje Ayala, Arzobispo de Maracaibo y Presidente de la CEV, junto con los Obispos de la Presidencia.
En este momento, en Venezuela, la oposición se ha vuelto más cohesionada y revitalizada en torno a la figura del presidente del parlamento, Juan Guaidó.
Fuente: Agencia Fides