Un visitante, en esta ocasión, preguntó a uno de los maestros, el Sr. Chou Sokly, ¿Se siente feliz en el Instituto Técnico Don Bosco? Su respuesta, sorprendentemente alegre y emocional, asombró a todos. “Estoy feliz aquí porque sentimos que somos una familia, somos como hermanos y hermanas el uno para el otro. Estamos ayudando a los jóvenes desfavorecidos ofreciéndoles formación profesional, que los hará ponerse de pie en la sociedad”.
La historia de este instituto comienza hace unos veinte años, cuando se abrió un pequeño centro de alfabetización, con el apoyo del “Don Bosco Children Fund”, una de las vertientes de ayuda de la Fundación Don Bosco de Camboya. Todo esto, a pocos kilómetros de la casa de las Hijas de María Auxiliadora y del Centro de Formación Profesional de Battambang. También muy cerca se encuentra otra escuela salesiana y la pequeña comunidad salesiana de Andaugh Chenh.
Gracias a los salesianos, miles de muchachos han recibido educación.
Sin embargo, relanzar las presencias salesianas en Camboya significa centrarse en las necesidades de los jóvenes más pobres. Por esta razón, la pequeña escuela, que tenía pocos cientos de estudiantes, fue eliminada gradualmente y los salesianos se han concentrado en el Centro de Formación Profesional, que ofrece principalmente programas de formación agrotecnológicas.
A lo largo del tiempo, el centro se ha especializado no solo en la producción del arroz y en la crianza de los animales, sino también en la producción de determinadas semillas.
Actualmente el centro disfruta del apoyo de varios socios, como la Oficina de Planificación y Desarrollo (PDO) y “Don Bosco Children Fund”.
“Estamos orgullosos de fortalecer, a través de un duro trabajo, nuestro centro”, expresan los responsables del instituto de formación profesional; quienes también prometen continuar trabajando durante mucho tiempo, siempre con energías renovadas, para ofrecer a los jóvenes necesitados una formación agrícola profesional de alta calidad.